El territorio que llegó a conformarse como México, estuvo tres siglos bajo dominación española, siendo uno de los virreinatos más valiosos de la corona, por la extracción de la plata. Los elementos culturales de los ibéricos llegaron para fusionarse y ser dominantes, también arribaron otras tradiciones como la de los africanos, quienes eran esclavos. El periodo colonial puede ser dividido en tres fases, diferenciadas por su vinculación con la metrópolis.
En
la primera etapa (1521-1560), los españoles crearon su sistema de dominación en
lo político, económico y religioso. Sobrepusieron las instituciones virreinales
a la organización de los imperios prehispánicos. Refundaron las comunidades
indígenas bajo normas europeas, convirtiendo al culto católico en algo central,
lo cual se logró por la caída demográfica de los indígenas, causada por las
pandemias. Los encomenderos y misioneros se convirtieron en parte fundamental
del engranaje. Comenzaron la explotación de las minas de plata en las ricas
regiones del norte.
Entre
1560 y 1760, la Nueva España vivió su segunda etapa. Las encomiendas fueron
lentamente sustituidas por haciendas, aunque la organización de la república de
indios permaneció. Por la caída demográfica de los indígenas, las dos formas de
organización de la explotación de la tierra lograron convivir sin mayores
conflictos. La autonomía frente las autoridades centrales del imperio creció,
lo cual facilitó la creación de la conciencia criolla.
Finalmente,
el tercer periodo fue entre 1760 y 1810, estuvo caracterizado por la imposición
desde España de las reformas borbónicas, que fueron un esfuerzo de la corona
por centralizar la economía y la política en todo el imperio. Los jesuitas
fueron expulsados, al considerar sus ideas un peligro para el sistema colonial.
Los resultados para la corona fueron palpables, al fluir la plata en grandes
caudales, sin embargo en tierras novohispanas diversos grupos de interés
comenzaron a tener resentimientos por ser apartados de los puestos y de las
ganancias, sin olvidar el pueblo común que sufría la explotación.
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