La situación de los constitucionalistas y convencionistas antes de la Guerra de Facciones

Por Alef Pérez Ávila

 

En noviembre de 1914, los grupos revolucionarios quedaron definitivamente divididos en dos: convencionalistas y constitucionalistas, las posturas resultaron irreconciliables, haciendo inevitable la guerra entre ellos. Los convencionistas estuvieron mejor equipados en armamento y tuvieron más hombres para el combate, por su parte, a los constitucionalistas sólo les quedó negarse a entrar en batalla mientras se fortalecieron. 

El país prácticamente se dividió en dos zonas de influencia. Los constitucionalistas controlaron la zona del Golfo de México. Los convencionistas dominaron sin dificultad el D.F., Morelos, Guerrero, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Durango y Zacatecas. Algunas regiones estuvieron en disputa desde el principio, como fueron Sonora, Jalisco y Sinaloa. Los convencionistas estuvieron bien comunicados por ferrocarril y controlaron mayores extensiones, mientras los constitucionalistas tuvieron muy poco territorio, el cual se conectaba por mar (Ulloa, 2000: 797), aunque el control sobre el Istmo de Tehuantepec conectó los dos océanos y sus puertos a través de la línea férrea.  

En lo económico, los constitucionalistas tuvieron importantes ventajas, controlaron las zonas petroleras del norte y su entrada al mar para venderlo a los Estados Unidos y a los europeos, en la península de Yucatán obtuvieron el henequén, fibra fundamental en el mundo para la elaboración de cuerdas, esencialmente para los barcos, el principal problema era la cuestión monetaria, los billetes constitucionalistas perdían su valor. Los convencionistas fueron fuertes en tierras agotadas, por el peso de media década de guerra, aunque tuvieron la ventaja del comercio con los Estados Unidos a través de la frontera norte, sus billetes se devaluaron como los de sus rivales, aunque su economía se salvó del caos monetario por el control de importantes minas de oro y plata, minerales que utilizaron para tener circulante, el cual era aceptado sin problemas por ser reconocido por el valor del metal. A final de cuentas, los constitucionalistas manejaron una mejor economía de guerra.

En lo político, los dos grupos eran reconocidos por los Estados Unidos, por lo cual no existió ventaja para ninguno en el exterior. En el interior, el mando constitucionalista estuvo centralizado en una sola persona: Venustiano Carranza, que estuvo apoyado incondicionalmente en el terreno militar por Álvaro Obregón, quien tuvo libertad absoluta en el manejo de las tropas, las cuales solo obedecieron sus órdenes. Los convencionistas tuvieron un presidente, Eulalio Gutiérrez, una figura que nunca pudo imponer sus ideas, mientras el mando militar estuvo a cargo de Emiliano Zapata y Pancho Villa, el primero solo se preocupó por el bienestar de las tierras zapatistas en Morelos, mientras el segundo planteo una guerra nacional, que fragmento sus fuerzas en una diversidad de conflictos regionales. Los mandos político y militar centralizados favorecieron al constitucionalismo.    

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Revolución Mexicana. 

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La revolución constitucionalista y la Guerra de Facciones.