Economía de Aridoamérica.

por Alef Pérez
La economía de Aridoamérica partió de lo obtenido del ecosistema, tal tipo sociedad fue de cazadores-recolectores. Por su búsqueda de sustento, los grupos humanos viajaron de un lugar a otro, buscaron estar en los sitios donde encontraron alimentos en cada estación del año, lo cual también los definió como nómadas. Los bienes materiales eran muy reducidos, no llegaron a acumular muchas pertenencias, debido a la necesidad de trasladarse constantemente. 
Al ser Aridoamérica una súper-área cultural entre desértica y semidesértica en su mayor parte, la fauna resultó escasa y, por lo tanto, los grupos humanos debieron viajar grandes distancias para encontrar presas. Sin embargo, el sustento alimentario era la recolección. Sus actividades partieron de un importante esfuerzo físico para lograr obtener los nutrientes del día a día. 
A pesar de su nomadismo, algunos grupos tuvieron rasgos insipientes de técnicas agrícolas, por ejemplo, colocaron las semillas de diversas plantas en lugares estratégicos para volver en el momento de florecimiento de las mismas. Tal tipo de actividad fue para garantizar en un momento especifico del ciclo anual la recolección de parte de los alimentos o, en casos fortuitos, obtener lo necesario fácilmente. 
En cuanto a la tecnología básica, la cestería era uno de los rasgos más evolucionados de Aridoamérica, funcionó como herramienta fundamental para trasportar sus posesiones y llegó a ser importante para preparar alimentos, al usarse junto piedras calientes (Nárez, 2000: 133).
En Aridoamérica existieron pueblos relativamente prolíferos, como los de la costa de Sonora que lograron tener una fuente estable de alimentos a través de la pesca y los de California dentro de los bosques de encinos, en los cuales existieron grandes cantidades de bellotas. Sin embargo, el rasgo general era otro, sobrevivir dominó la vida de aquellos hombres, el tiempo lo consumieron en la búsqueda constante de alimentos y agua.
Escenario montañoso y árido desde la Cueva de la Serpientes, zona de pinturas rupestres cercana a la población de San Javier, Baja California Sur. Fotografía de diciembre del 2018.
Escenario montañoso y árido desde la Cueva de la Serpientes, zona de pinturas rupestres cercana a la población de San Javier, Baja California Sur. Fotografía de diciembre del 2018. En Instagram.

Entre las costumbres extrañas desde nuestra perspectiva, los nómadas utilizaron algunas tácticas de distribución de los recursos extremas para sobrevivir. Usaron la “vuelta” o la “segunda cosecha”, las cual consistió en buscar en el excremento de ellos mismos las semillas sin digerir, las cuales eran tostadas para repetir su ingesta. Otro método era la “maroma”, que consistió en sujetar un hilo a un trozo de carne casi siempre de ave o insecto, era tragado entero, quedó un momento en la boca y prosiguió a otro compañero hasta quedar desintegrado, de esta forma, el hambre resultó engañada. 



           



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