En los primeros años
del siglo XX, la economía internacional creció y se interconectó como nunca
antes, las líneas de telégrafo, teléfono, ferrocarril y el tendido eléctrico se
podían observar tanto en las regiones avanzadas como en algunas atrasadas. Los
Estados Unidos destacaban por su dinamismo y progreso, poseían un orgullo
descomunal, el cual se tropezó con la piedra de la crisis financiera de 1907, que
permeó en la disminución de la producción y el empleo en 1908. La interrelación
de la economía causó que otras naciones del orbe también sintieran los efectos
de esta crisis.
Ver en el blog: La crisis económica de 1907-1908.
Por los
lazos económicos con su vecino del norte, México resultó fuertemente afectado.
La minería casi detuvo su producción, exportaba la mayor parte a los Estados
Unidos, el cual disminuyó su consumo. Los ferrocarriles tuvieron que reducir
sus viajes frente la caída de las transacciones comerciales. Los precios de los
productos básicos llegaron a subir un 17% de golpe, mientras los salarios
disminuyeron, lo que hundió en serias dificultades a los obreros.
En el
campo, una sequía afectó la producción, lo cual profundizó los efectos de la
crisis económica, para la mayoría de la población significó hambre. En diversas
regiones, los peones no encontraron trabajo. Por su parte, los hacendados no
obtuvieron la ganancia esperada por sus cosechas. Como un sector de exportación,
la agroindustria perdió ímpetu, se vieron imposibilitados de continuar pagando
sus créditos.
Los bancos
vieron las consecuencias de los malos manejos. Sus emisiones de billetes
regresaron masivamente, al reclamar la población oro y plata, que consideraba
con un valor más estable por el respaldo del material. La insolvencia de los
hacendados y algunos industriales provocó la imposibilidad del pago de los
créditos. Los banqueros cayeron en bancarrota y el sistema crediticio nacional
se paralizó.
El régimen
porfirista apoyó a los poderosos y dejo desprotegida a la mayoría de la
población. Bajo maniobras financieras, compró algunas compañías ferroviarias,
con las cuales creó Ferrocarriles Nacionales de México (Pani, 2010: 122), esto
puede ser considerado una nacionalización, la medida afectó compañías
norteamericanas, aunque resultó indispensable para mantener a buen precio y
funcional el comercio al interior del país. Rescató la deuda de los hacendados
e inyectó recursos a los bancos con la Caja de Préstamos para Obras de Irrigación
y Fomento a la Agricultura.
Ver tema general:
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Elementos de la crisis del porfiriato.
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