El Partido de los Pobres y Lucio Cabañas.

El campo resultaba ser el principal foco de mísera del país, en algunos casos la situación resultaba desesperante. Las autoridades locales usaban la pobreza y la ignorancia de los habitantes de estas regiones para sacar provecho. Las organizaciones para resistir y tomar acciones resultaron comunes, los campesinos actuaron en múltiples ocasiones. El gobierno llegaba a responder hasta con asesinatos como fue el caso de Rubén Jaramillo, quien dirigió a los campesinos de Morelos para obtener tierras y forzar la ampliación de la reforma agraria. Este y otros casos de represión no impidieron la creación de nuevos movimientos, donde el estado de Guerrero resultaba clave, ahí se organizó, en 1967, la guerrilla del Partido de los Pobres dirigido por Lucio Cabañas, con fuerte influencia comunista. 
El Partido de los Pobres operó en la sierra guerrerense, donde resultaba complicado para el ejército perseguirlos, por la vegetación y el apoyo de las comunidades al movimiento. Se buscó obtener armas de los campesinos, las cuales no poseían y los hombres de las comunidades que llegaron a acompañar a los guerrilleros normalmente regresaban a sus casas al poco tiempo. Los campesinos buscaban un general que dirigiera el movimiento, no a un maestro rural como Lucio Cabañas, esperaban que las armas se entregaran para comenzar hostilidades en una fecha predeterminada, no comprendían la lógica guerrillera de desgaste. El ideario socialista resultaba muy complicado de comprender en el sentido de que los campesinos no comprendían los problemas nacionales y la necesidad de expropiar las fabricas para entregarlas a los trabajadores. En esas condiciones, el Partido de los Pobres se lanzó a realizar operaciones en contra del ejército en 1973, logró victorias capaces de desmoronar la moral de su adversario y mantuvo el apoyo de los campesinos.

El gobierno reaccionó con una estrategia clientelar, para quitarle las bases sociales al Partido de los Pobres, construyó carreteras, otorgó material de trabajo y recursos en efectivo. La guerrilla perdió parte del apoyo de los campesinos, lo cual los fue dejando aislados en algunos rincones de la sierra. Tras mejorar su situación estratégica, el gobierno se lanzó a la persecución de los guerrilleros (Semo, 1988: 78). En 1974, Lucio Cabañas y quienes se mentían activos en el Partido de los Pobres fueron traicionados y se delató su posición, el ejército los localizó y masacró sin piedad.

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