En el transito de la Edad Media a la Moderna, la nobleza feudataria terminó como una nobleza cortesana, que acompañó a los monarcas del Viejo Continente. Estos hombres y mujeres aristócratas necesitaron una servidumbre casera también incorporada al sistema. Para la Nueva España, la corte de Castilla fue su ejemplo a seguir.
En tierras novohispanas, el termino de corte llegó a tener una doble acepción. Primero, fue el lugar donde se estableció el gobierno del virreinato, la ciudad de México. Segundo, terminó por ser reconocida como la casa del virrey, la cual estuvo constituida por los espacios ocupados por los nobles acompañantes y la servidumbre (Escamilla, 2005: 372).
En la Nueva España, los cortesanos no enfrentaron a una vieja nobleza feudataria, aunque si debieron convivir durante un tiempo con los conquistadores, quienes llegaron a ser encomenderos. Aunque tal grupo de poder terminó por apagarse en la segunda mitad del siglo XVI y dejo su campo de influencia a la burocracia y al Alto Clero, los cuales convivieron o estuvieron cerca de la Corte del virrey.
Al cruzar el Atlántico, los virreyes llevaron acompañados de un séquito de nobles castellanos y servidumbre a la Nueva España. Esto otorgó cierta legitimidad al proceder de la sociedad dominante en el Imperio Español. Los criollos novohispanos y en especial los asentados en la ciudad de México observaron la llegada de un grupo de poder importante, al cual buscaron incorporarse o acercarse para obtener los beneficios políticos y económicos.
Al observar sus partes, la corte del virrey novohispano estuvo integrada por un grupo de séquito bastante importante. En la sima, los “gentileshombres” eran los nobles y funcionaron como consejeros, por su parte, la virreina tuvo a sus damas de compañía. Entre la servidumbre, los próximos al representante del rey tuvieron amplios privilegios. Al fondo de la pirámide social cortesana, los criados invisibles vivieron vidas miserables.
En buena medida, la corte funcionó como centro del poder político. Esto a través de favores y corruptelas para los “gentileshombres”, quienes obtuvieron un sinfín de cargos simplemente por estar a lado del virrey en turno, parte de la servidumbre cercana logró algunos beneficios acordes a su posición de subordinados. Sin olvidar, las damas de la virreina encontraron muy buenos partidos para el matrimonio.
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