Entre 1900 y 1902, México: su evolución social fue publicado. Tal obra obtuvo el respaldo del gobierno porfirista a través del secretario de Hacienda y Crédito Público, José Yvis Limantur, mientras la labor editorial quedó en manos de Santiago Ballescá.
Al organizar el trabajo, Justo Sierra fue el coordinador de México: su evolución social, lo cual resultó importante por la trayectoria intelectual del personaje. En 1900, los autores tuvieron un promedio de edad de 45 años, entre los 29 años y los 71 años. Al enlistarlos trabajaron Agustín Aragón, Porfirio Parra, Ezequiel Chávez, Manuel Sánchez Mármol, Carlos Díaz Dufoó, Bernardo Reyes, Julio Zárate, Jorge Vera Estañol, Gilberto Crespo y Martínez, Miguel Macedo, Pablo Macedo, y Genaro Raigosa. Entre ellos, los abogados predominaron. Al considerar el material, el Tomo I tuvo dos volúmenes y el Tomo II salió en una sola impresión.
En cuanto a la experiencia al momento de trabajar temas históricos, éstas resultaron variada. Casi dos décadas antes, Zárate llegó a participar en México a través de los siglos. Díaz Bufoó y Parra contaron con ciertas obras previas para indagar y escribir sobre el pasado. El coordinador de la obra, Sierra tuvo una buena lista de textos propios.
El escenario intelectual europeo y mexicano estuvo dominado por ideas próximas al darwinismo social, que resultó posible ejemplificar a través del positivismo. En tal escenario, México: su evolución social mostró una idea de progreso lento aunque inevitable (Moya, 1991: 132). Para lo cual, la interpretación política fue minimizada y el “cientificismo” predominó a través de planteamientos sociológicos y económicos.
Los encuadres teóricos del positivismo no fueron implementados con el mismo rigor por todos los autores. Algunos siguieron el dogma y sobre el montaron su narración histórica. Otros mostraron posturas más independientes. Los menos como Sierra mantuvieron el equilibrio entre la corriente de pensamiento y ver con rigor la información vertida en sus fuentes.
En aquel momento, México: su evolución social terminó por ser parte de la justificación del Porfiriato, una historia oficial. Sin embargo, la marea de la Revolución terminó por desgajar la visión del pasado mexicano de aquel régimen.
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