Los poderes fácticos en el neoliberalismo mexicano

por Alef Pérez

Al comenzar el tercer milenio, en México, la disminución del poder gubernamental y, en especial, el ocaso del presidencialismo provocó el fortalecimiento de los llamados poderes fácticos, los cuales se encuentran fuera de los canales institucionales, mientras conforman grupos de presión con una fuerza considerable (Márquez, 2010: 787). Frente la descomposición del sistema político, buscaron imponer su voluntad. 

Entre los poderes fácticos, los medios de comunicación han jugado un papel importante en la vida política de las últimas décadas. Al menos, los empresarios de la radio y la televisión muestran una y otra ocasión su capacidad de intervenir en los temas de cualquiera de los poderes federales. Intentan manipular la opinión pública, favoreciendo directamente sus intereses. El caso más escandaloso, es la construcción y consolidación de la imagen pública desde Televisa de Enrique Peña Nieto como una figura de relevancia nacional, creando logros inexistentes en su gubernatura del Estado de México y minimizando los problemas de la entidad como ser en aquel momento la de mayor número de feminicidios. Al llegar la campaña presidencial, Peña Nieto se convirtió en el candidato del PRI y de las televisoras, que lo colocaron en la residencia oficial de los Pinos en el 2012.

Mientras las televisoras disfrutaron de su victoria en las elecciones presidenciales del 2012, otra fuerza mediática comenzó a desplazarlas, se trataba del «boom» de la Web 2.0, con gigantes como Facebook, Alphabet y otros de relevancia. Su intervención resulta palpable en México, aunque en la mente de la mayoría de la sociedad sólo es reconocible su lado lúdico y de conexión de la protesta, sin embargo, se trata de intereses capitalistas muy bien definidos, que siempre actúan para su veneficio. 

Fuera del ámbito de las comunicaciones, los diversos hombres de negocios siempre buscan ampliar su margen de ganancia con presiones. Un caso particular, es el de grupo Bimbo, que manipula para evitar la parte de responsabilidad de sus productos en la actual pandemia de obesidad, en especial entre los niños. Fuera del ámbito de lo legal, los narcotraficantes corrompen municipios, estados, policías y al ejército, para facilitar el tránsito de su mercancía o golpear a algún grupo rival, esto se puede observar en la participación de Guerreros Unidos a través del municipio de Iguala durante la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. 


  

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