La sociedad civil en el neoliberalismo mexicano

por Alef Pérez

Desde fuera de los ámbito corporativo y gubernamental, la sociedad civil comenzaba a ser visible en los años ochenta del siglo XX. Situaciones traumáticas para la colectividad –como los problemas económicos de aquella década y, en especial para la Ciudad de México, el terremoto de 1985– propiciaban la irrupción de grupos organizados de la sociedad capaces de reclamar sus derechos por diversos medios (Smith, 2003: 357).

Varios poderes facticos llegaron a disfrazarse de sociedad civil o se apoyó de las demandas de ésta para lograr sus objetivos. Un ejemplo claro, es la reaparición de la Iglesia católica como una fuerza activa, la cual desde los ochenta poco a poco fue abriéndose camino. Es de hacerse notar, dentro de la sociedad civil existen grupos conservadores con opiniones semejantes a las expresadas constantemente por la jerarquía eclesiástica en contra del ámbito liberal de lo social y cultural. 

En realidad, en las últimas décadas, las presiones de la sociedad civil tuvieron la posibilidad de ejercer cierta influencia para su propia liberación. Las familias lograron aceptar con mayor facilidad el divorcio, la unión libre, la diversidad sexual, entre otros cambios culturales actuales, los cuales conformaron tabúes en décadas previas. Desde sus gobiernos de izquierda, la capital resultó pionera en el reconocimiento legal de varios de estos derechos, los cuales poco a poco se introducen en el terreno federal. Resultó indispensable cuidar estas conquistas, al ser constantemente acosadas por fuerzas conservadoras. 

Desde lo digital, las redes sociales resultaron un nuevo foro de expresión para la sociedad civil, donde se mueven principalmente los jóvenes. Pasamos de los correos cadena a los “#” en muy poco tiempo. Un ejemplo lo podemos retomar del 2012, cuando el procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, en una rueda de prensa sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, pronunció la frase “ya me cansé”, la respuesta resultó viral en los medios digitales #YaMeCanse por la violencia, los asesinatos, la inseguridad o cual cualquier otra problemática nacional de aquel momento, tal situación resultó espontanea. No solamente se organizan protestas de dimensión nacional, existen otras desde el ámbito local que se pueden contar por millares.    

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