Las conquistas de Japón en la Era del Imperialismo

por Alef Pérez

En 1868, la Restauración Meiji articuló un poder político fuerte en Japón con control en toda la nación. Sin embargo, estuvo en constante riesgo de quedar a los pies de alguna de las grandes potencias europeas de la época o de los Estados Unidos, el ejemplo de la subordinación de China era demasiado cercano temporal y geográficamente. 

En 1875, en su primera acción como la de los europeos al invadir otros continentes, Japón arrebató las islas Kuriles a la Rusia zarista. Es de hacerse notar, sus nuevas posesiones eran cercanas a su espacio vital, lo cual, terminó como una constante en sus diversas conquistas por Asia y el Pacífico, aunque lo amplió de forma progresiva como creció su poderío. Le faltó capacidad para mantener una ocupación en tierras lejanas, que impidió llegar a otros continentes u océanos. Sin embargo, en la mentalidad de los japoneses, tal acción resultó un acto de consolidación de su propio territorio, por su parte, las posteriores ampliaciones partieron de un sentimiento de superioridad sobre otros pueblos (Souyri, 2005: 484), que necesitaron de una civilización fuerte capaz de mostrarles el camino del progreso. 

En su esfera inmediata, Japón actuó sobre los territorios pertenecientes o subordinados a China, por estar en decadencia y próximo a su territorio. En 1895, Taiwán cayó con facilidad, por tratarse de una isla resultó complicado defenderla desde la zona continental. Para 1910, Corea fue arrebatada, aunque en ese caso tránsito de ser una colonia de un imperio continental decadente a otro insular emergente.  

Tras la Guerra Ruso-Japonesa de 1905, los nipones adquirieron Kwantung. Entre finales del siglo XIX y principios del XX, estos y los otros territorios obtenidos proporcionaron materias primas y mano de obra barata para algunas ramas industriales no especializadas. Las inversiones para las colonias llegaron a proceder de la iniciativa privada o de los recursos públicos. En buena medida, las colonias lograron tener cierto progreso económico, no sólo se trató de un colonialismo de saqueo. Sin olvidar, la población sometida sufrió constantes actos racistas por parte de los enviados desde Japón. 

En aquellos años, Taiwán resultó ser una posición con población complicada de doblegar. Desde la llegada de los japoneses en 1895 hasta 1915 existió una constante resistencia de corte guerrillero. Mientras logró la pasificación, observó el desenvolvimiento de la Primera Guerra Mundial, lo que significó el declive de la capacidad de las potencias europea de dominar el Océano Pacífico y el Extremo Oriente, mientras las posibilidades de expansión del Imperio Japones crecieron.

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