La restauración de la República (1867)

por Alef Pérez

Tras la derrota en Querétaro a mediados de 1867, Maximiliano de Habsburgo fue fusilado. Así, el Segundo Imperio Mexicano terminó sus días. En el exterior, las reacciones no se hicieron esperar, la nobleza europea estuvo horrorizada (Vázquez, 2004: 179), mientras los antiimperialistas de las diferentes latitudes festejaron el acontecimiento. No era menor lo sucedido, México alcanzó por segunda ocasión su independencia, en momentos donde la dominación neocolonial extendió sus tentáculos alrededor del globo. 

En julio de 1867, Benito Juárez llegó a la Ciudad de México, un acto simbólico por tratarse del retorno del poder Ejecutivo Federal a su sede. Arribó de forma austera, sin desfile militar, ni ceremonias pomposas (Salmerón, 2007: 187). En su manifiesto a la nación, recordó los cuatro años itinerantes por la República, en esencia por los caminos del norte hasta tocar Ciudad del Paso (hoy Ciudad Juárez) en la frontera con los Estados Unidos, tal recorrido fue para salvaguardar la soberanía nacional, durante esos días, la lucha de innumerables patriotas resultó fundamental, en diversos frentes de batalla.

Analizando el momento de la victoria, el manifiesto a la nación de Juárez planteó la restauración de la República como la coyuntura para consolidar la paz y la necesidad del respeto a las leyes en toda la nación, eran dos aspectos anhelados por la sociedad. También realizó un llamado los mexicanos en su conjunto para que cooperaran en beneficio del bienestar y la prosperidad de la nación. 

A pesar de la victoria militar, la República Restaurada comenzó sus días llena de dificultades. La hacienda pública estuvo prácticamente agotada, no existieron recursos y la recaudación principalmente por derecho de importación y exportación mostró estar en plena reactivación. El ejército era una institución enorme y con un peso político descomunal. En las diferentes regiones, los caciques controlaron importantes recursos, sin necesidad de permiso de la federación. Algunos aliados y otros que lucharon por el imperio, estuvieron preparando sus rebeliones o estaban en ella. Resumiendo, los problemas parecieron infranqueables, sin embargo, a pesar de las adversidades, el gobierno de Juárez logró sobrevivir y evitar su derrumbe.    

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