por Alef Pérez
En las nacientes ciudades medievales del siglo XII, la sociedad comenzó con una organización subordinada a los feudos. Sin embargo, tal orden de las cosas no logró sobrevivir por mucho tiempo, la libertad de acción pareció imponerse, permitió el surgimiento de nuevos grupos. Entre ellos, la burguesía resultó ser el más advenediza.
En un principio, la burguesía contó con muy pocos recursos, por ejemplo, no tuvo trabajadores para explotar, otras formas de organización los acapararon. El comercio funcionó como el medio para comenzar la acumulación de capital, bajo la premisa de comprar barato para vender caro (Dobb, 1999: 116). En un principio, los productos necesitaron un traslado relativamente corto, por ser los señores feudales compradores ávidos de novedades no producidas en sus tierras, al correr del tiempo las redes mercantiles crecieron en extensión geográfica y en complejidad.
Para el siglo XIII, la burguesía comenzó a actuar sobre el sistema productivo de los artesanos urbanos, remplazó en parte la organización gremial solidaria por sus intereses personales, mientras surgió el proletario como aquel que vendió su fuerza de trabajo para sobrevivir. Así, el capital manufacturero comenzó a articular su propia acumulación, tuvo limitantes propias del control de pequeños talleres y el número de estos, sin olvidar la falta de mercados de masas. Sin embargo, los señores feudales estuvieron dispuestos a consumir sus productos y los comerciantes tuvieron novedades en sus inventarios.
Mientras algunos advenedizos entraron a las manufacturas, otros burgueses comenzaron a apoderarse del sistema financiero, la Iglesia fue su gran rival por varios siglos. Esto les permitió prestar a su mismo grupo social en otras ramas de acumulación y a los señores feudales. Los intereses excesivos de la usura resultaron normales para obtener la máxima ganancia, esto significó extraer la mayor cantidad de recursos de sus clientes, no importó llevarlos a la quiebra en un buen número de casos.
En su proceso de surgimiento, la burguesía enfrentó el desafío de subordinar o enfrentar a diversos grupos sociales. Aunque también sugirió el asedio a otros que acumularon capital, por la competencia feroz desatada por obtener la mayor acumulación de capital o terminar en la quiebra al mostrarse ineficientes.
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