por Alef Pérez
En los primeros tiempos de la República emanada de la Revolución Francesa, los Girondinos buscaron mantenerse en el poder. Sin embargo, fueron acosados por todos los frentes, la guerra contra las potencias extranjeras invasoras y la contrarrevolución los agobió. Aunque al intentar controlar a los jacobinos, quienes eran más radicales, estos terminaron por destronarlos y tomar el control el 2 de junio de 1793. Tras lo cual, el régimen basó su organización en la Convención Nacional, que fue dirigida desde el Comité de Salud Pública.
En su organización, los jacobinos tuvieron el apoyo de los sans-culottes, los desposeídos de París, quienes mantuvieron el fervor por el radicalismo social. A pesar de las contradicciones, la pequeña clase media y la burguesía decidieron mantenerse como partidarios del régimen revolucionario, aunque observaron con temor las acciones de Terror representadas en la guillotina.
En concreto, la República Jacobina tuvo su figura más destacada y conocida en Maximilien de Roberspierre, un abogado capaz de representar la austeridad y la virtud de aquel momento, la cual buscó mantener a través del Terror revolucionario (Hobsbawm, 2003: 78). Procuró la igualdad social y el castigo de los tiranos. En el Comité de Salud Pública fue el hombre de mayor peso.
Frente a sus enemigos internos y externos, la República Jacobina dirigió el esfuerzo bélico. Logró organizar a la sociedad francesa en torno a la maquinaria de guerra y su mantenimiento. El desarticulado ejército resultó completamente reorganizado a través del voluntarismo con fervor revolucionario. Así, lograron alcanzar la victoria sobre la contrarrevolución y los invasores en una situación donde la derrota parecía inevitable.
El formidable esfuerzo bélico creó una buena situación para la prosperidad económica. Lograron mantener la estabilidad de los precios, en especial de los productos básicos, mientras los suministros llegaron sin problemas a las zonas urbanas y el racionamiento alcanzó para alimentar a la población, por su parte, el campo sufrió la expropiación de su producción. Los burgueses y las clases medias tuvieron miedo de perder sus propiedades frente al clamor por la colectivización.
En su momento, la victoria militar y la estabilidad económica demostraron la capacidad organizativa de la República Jacobina, aunque su Terror terminó por devorarlos. En julio de 1794, Roberspierre fue guillotinado junto con otros radicales. Así, concluyó el momento de mayor protagonismo de las masas en la Revolución Francesa. Como dato adicional, por estar las fechas de la toma del poder por los jacobinos y su derrocamiento próximos al primer y segundo aniversario de la República, su momento al frente es conocido como Año II.
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