por Alef Pérez
Durante 1863 en territorio mexicano, las guerrillas o chinacas constituyeron la única fuerza capaz de oponerse al Segundo Imperio. Las mismas tuvieron el apoyo verbal de la República Itinerante de Benito Juárez, aunque un respaldo material en armamento o provisiones resultó imposible. Al estar en desventaja, actuaron a través de pequeñas operaciones, sin orden entre una y otra, aunque socavaron el orgullo y ánimo de los franceses. En buena medida, los pequeños contingentes de patriotas actuaron por sus intereses regionales, que conformaron la resistencia a la intervención extranjera y dieron impulso al movimiento por la recuperación de la independencia nacional.
El símbolo de la resistencia era el presidente, Benito Juárez, que llegó hasta la frontera con los Estados Unidos por los constantes avances de las fuerzas del Segundo Imperio, aunque decidió no salir del territorio nacional. Los descalabros y las ambiciones personales dividieron al bando liberal (Lira, 2010: 473). Las cosas comenzaron a cambiar con el fin de la Guerra de Secesión en los Estados Unidos, los cuales apoyaron a los juaristas, aunque lo decisivo fue la retirada de las tropas francesas por problemas en Europa con Prusia. En tal contexto, los ejércitos republicanos comenzaron a formarse en buena medida al reunir a los hombres de las guerrillas.
En 1865, las tropas del Segundo Imperio comenzaron a retroceder. A principios de 1867, sólo controlaron Veracruz, Puebla y Querétaro, sin posibilidad de obtener refuerzos del extranjero. El 2 de abril, Porfirio Díaz tomó Puebla para las fuerzas republicanas.
El último bastión del segundo imperio mexicano estuvo en Querétaro. Sin alternativas, Maximiliano fue traicionado y capturado. Llegaron peticiones para conservar la vida del príncipe europeo, no fueron escuchadas y terminó su vida frente a un batallón de fusilamiento, junto con los conservadores Miramón y Mejía. En junio 1867, la república resultó restaurada como forma de gobierno en todo el territorio nacional, tal acontecimiento significó la segunda independencia nacional y un símbolo de la resistencia frente la intervención imperialista, que era un problema para diversos pueblos del mundo.
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