La Guerra entre México y los Estados Unidos. De la invasión a la rendición

por Alef Pérez

A mediados de 1846, Estados Unidos declaró la guerra a México. Para someter a las autoridades centrales de su vecino del sur, los norteamericanos desembarcaron en Veracruz, antes de sufrir los estragos de las enfermedades tropicales subieron hasta Puebla. Como presidente y al frente del ejército, Antonio López de Santa Anna intentó defender el Valle de México, sus esfuerzos resultaron pobres e inútiles. 

En este punto, el batallón norteamericano de San Patricio con origen principalmente irlandés decidió luchar en el bando mexicano. Esto tuvo un fuerte valor simbólico, por mostrar las diferencias internas del ejército de Estados Unidos, el peso de la religión y la importancia de seguir una causa justa. En el frente de Guerra, al dejar el ejército mexicano el camino libre, los habitantes de la Ciudad de México defendieron sus calles con piedras y palos en un acto desesperado. Para el 14 de septiembre de 1847, la bandera de los Estados Unidos ondeó en Palacio Nacional.

Al regresar al ritmo de los acontecimientos, en un nuevo cambio político, Santa Anna dejó la presidencia a Manuel de la Peña y Peña, quien estuvo al frente de la Suprema Corte de Justicia hasta aquel momento. Sin descanso, el nuevo gobierno marchó rumbo la ciudad de Querétaro, donde se dio cuenta que diversos estados no reconocieron su autoridad y buscaron formar ligas entre ellos, Yucatán logró su independencia temporal y se declaró neutral para evitar la ocupación de sus puertos, también estalló la “Guerra de Castas”, la rebelión más violenta del momento, pero no la única. Algunos grupos de conservadores y liberales puros plantearon continuar las hostilidades, sin reconocer la derrota. 

En las negociaciones finales, los norteamericanos ocuparon una posición de fuerza. Algunas voces plantearon la anexión completa de México, otras hasta Zacatecas. El enviado, Nicholas Trist, consideró un abuso las exigencias de su propio gobierno, tuvo fricciones con el presidente, James Polk. Al final, el Tratado de Guadalupe Hidalgo fue firmado el 2 de febrero de 1848 y la frontera quedó en el Río Bravo. 

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