La Guerra entre México y Estados Unidos. La conquista norteamericana del Septentrión

por Alef Pérez

En 1835, la República Centralista triunfó al interior de México, en respuesta, los texanos decidieron y lograron separarse al sentir amenazada su autonomía. Más al norte, los Estados Unidos no eran una potencia planetaria, aunque su proceso de expansión interna estuvo desbordado (Hobsbawm, 2003: 145) y necesitó nuevas tierras para darle cabida, lo que seguía en su camino era el viejo septentrión o norte novohispano, tierras consideradas para aquel momento como mexicanas o, al menos en parte, independientes. A partir de 1845 en Washington, el presidente, James Polk, fue un partidario del expansionismo.   

En la Ciudad de México, una delegación norteamericana llegó a negociar la anexión legal de territorios de su vecino del sur. Buscó tener el precio de la Alta California. Al considerarse independiente, en 1845, Texas decidió aceptar ser integrada a los Estados Unidos. Por su parte, los mexicanos decidieron no poner precio a su territorio y negaron el reconocimiento a la separación del septentrión.

Tras colocar tropas en la frontera, el 12 de mayo de 1846, los norteamericanos declararon la guerra (Vázquez, 2004: 164). Los ejércitos extranjeros comenzaron a penetrar en el territorio nacional, mientras que en la Ciudad de México diversas conspiraciones tomaron forma. Las repercusiones fueron inmediatas, no sólo cayó el presidente José Mariano Paredes, también fue el final de la República Centralista. La Constitución de 1824 retomó su vigencia y con ella los liberales regresaron al poder. La situación política no resultó fácil, lo cual imposibilitó articular los esfuerzos para la defensa.

En el septentrión, los ejércitos norteamericanos comenzaron su marcha para conquistar. En la Alta California, siguieron la costa, en Los Ángeles fueron repelidos por la población local, aunque un segundo contingente borraría la insurrección popular (Florescano, 2009: 148). Entrando por Nuevo México, sin dificultad arribaron hasta Chihuahua. De Texas una columna más llegó a Monterrey. Derrotaron a los mexicanos en la batalla de Angostura. A grandes rasgos, los Estados Unidos lograron convertirse en una nación con acceso a dos Océanos al desgarrar la integridad de su vecino del sur. 

Tras la Guerra, los norteamericanos no tardaron mucho en regresar con ambiciones de más territorio, buscaron terminar la construcción de un ferrocarril interoceánico y la mejor ruta era por La Mesilla, que  quedó del lado sur de la frontera. En 1853, un nuevo gobierno de Santa Anna aceptó vender el territorio (González, 2003: 112). Tal acto de subordinación constó mucho al gobierno, al ser una de las causas de la revuelta de Ayutla, que destronó de forma definitiva al caudillo más importante de la primera mitad del siglo XIX.

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