Tratado Transpacífico TPP

por Alef Pérez

En el 2006, Chile, Brunéi, Nueva Zelanda y Singapur implementaron el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica conocido como P4, un espacio de libre mercado articulado por naciones alrededor del Océano Pacífico. Al poco tiempo, Estados Unidos mostró interés en tal instrumento de integración comercial, lo que posibilitó plantear el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés).  

En 2008, 12 naciones comenzaron las negociaciones para reducir requisitos aduanales. En América fueron cinco los socios: Canadá, Chile, Estados Unidos, México y Perú, del otro lado del Océano Pacífico participaron siete: Australia, Brunéi, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Singapour y Vietnam. En términos globales, en las negociaciones el TPP involucró al 36% del PIB, 30% de las exportaciones, 25% de las importaciones y 11% de la población. Sin duda, proyectó la creación del espacio de libre comercio de mayor importancia del mundo. 

En términos geopolíticos, Estados Unidos planteó crear un mercado común próximo a China, buscó demostrar su poderío económico en las proximidades de su rival. Así, el viejo imperialismo del Norte del Río Bravo mostró fortaleza frente al nuevo imperialismo asiático. Sin embargo, al llegar a la presidencia norteamericana, Donald Trump decidió sacar a su país de las negociaciones del TPP, lo cual quitó a su principal socio, esto significó un vuelco al proteccionismo desde una postura derechista y un fuerte golpe a las maltrechas políticas neoliberales. 

Sin los Estados Unidos, el TPP-11 por su número de miembros continuó en negociaciones, entró en vigor a principios del 2019. Al perder su principal socio, optó por mantener la puerta abierta a la incorporación de otras naciones. En buena medida, China comenzó a mostrar interés en el acuerdo de libre comercio para mantener el ritmo creciente de sus exportaciones.

En sus temas controvertidos, el TPP-11 tuvo posturas contradictorias respecto a los derechos de autor, que derivó en la preocupación por una posible restricción a las libertades dentro del mundo digital. En buena medida, los gobiernos y compañías ganaron capacidad de intervención sobre los contenidos al poder bloquear los considerados inapropiados según sus propios criterios. 

Por su parte, México pensó incorporarse junto a Canadá y Estados Unidos como bloque en el TPP, lo cual resultó imposible. En consecuencia, perdió la posibilidad de proyectar sus encadenamientos productivos. Para nuestras autoridades nacionales al Sur del Río Bravo quedó la oportunidad de romper la dependencia económica con el Vecino del Norte, aunque tal cambio quedó en duda por la fuerza de las relaciones comerciales tradicionales y las políticas internacionales de proteccionismo también presentes en la Cuenca del Pacífico.  

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