La Tercera Internacional en América Latina (1919-1940)

por Alef Pérez

De forma esporádica, la Revolución de Octubre inspiró planteamientos radicales en prácticamente todo el mundo. En particular, América Latina vivió diversas movilizaciones, que expresaron palabras como socialismo, comunismo, Rusia, bolchevique y Lenin. Por ejemplo, los trabajadores de plantaciones de tabaco en Cuba y estudiantes argentinos resultaron importantes en las primeras irrupciones surgidas en el hemisferio con tales planteamientos ideológicos (Hobsbawm, 2004: 72). En los años veinte y treinta, las perspectivas transformadoras con inspiración soviética continuaron. 

En 1919, el régimen bolchevique creó la Tercera Internacional o Internacional Comunista, Komintern por su abreviatura en ruso y Comintern al ser abreviada en inglés. Como en otras regiones del mundo, en América Latina, la misma articuló a los nacientes partidos comunistas. Desde un principio y en los años veinte, tales organizaciones políticas surgieron según el modelo leninista de vanguardia revolucionaria, operaron desde la clandestinidad por el recelo de las autoridades de cada nación. Como doctrina, Moscú dictó las directrices con la finalidad de evitar desviaciones reformistas.

En el plano intelectual, los partidos comunistas latinoamericanos vivieron fuertes agitaciones internas por la interpretación de las directrices de la Tercera Internacional (Funes, 2014: 144), tal situación derivó en escisiones. Por ejemplo, la llegada de León Trotski a México dividió a los simpatizantes de la Revolución de Octubre por ser éste un protagonista de la misma y un perseguido del régimen soviético.

Al ser parte de un proyecto global, los seguidores de los planteamientos emanados de Moscú despreciaron a otras alternativas, por ejemplo, dieron a la Revolución Mexicana un carácter pequeño burgués como señal de su inferioridad ideológica. Aunque otros la rescataron como inspiración, continuaron discutiendo los logros de campesinos y obreros por influencia de Emiliano Zapata y Pancho Villa, a pesar de su derrota en los campos de batalla. En buena medida, las organizaciones de izquierda mantuvieron su pluralidad. 

Entre 1928 y 1934, la Tercera Internacional alcanzó su clímax como promotora de la revolución, América Latina sintió la agitación. El crac del 29 y la posterior Gran Depresión mostraron la posibilidad del derrumbe del capitalismo y los partidos comunistas estuvieron listos para tomar o arrebatar el poder, lo cual no sucedió. A partir de 1935, Stalin detuvo la mayoría de los intentos de insurrección, comenzó a buscar incorporar a sus organizaciones satélites en frentes amplios, consideró necesario dar señales de que la Unión Soviética estuvo dispuesta a incorporarse completamente al concierto de naciones y advertir sobre el riesgo de los regímenes fascistas y, en especial, el nazi.    

Ver tema general:
Ver tema:

Comentarios