(New Deal) El Nuevo Trato de los EUA

En Estados Unidos, la Gran Depresión provocó una fuerza destructiva impresionante para la economía. Por su parte, el gobierno de Herbert Hoover resultó incapaz de comprender los acontecimientos y la ortodoxia liberal lo condenó a no intervenir, esto sólo complicó la situación. En 1933, Franklin D. Roosevelt alcanzó la victoria electoral para convertirse en presidente, llegó con un programa llamativo para buscar el mejoramiento de la situación de la mayoría de los ciudadanos y mantuvo la convicción de actuar de forma inmediata. 

En los primeros 100 días de gobierno, Roosevelt comenzó la implementación de New Deal o, en español, Nuevo Trato con vigor, en buena medida, fue el periodo de su presidencia de mayores reformas. En aquel momento, 15 iniciativas resultaron aprobadas por el Congreso, las mismas reflejaron las inquietudes por alcanzar un crecimiento económico con justicia social (Pani, 2018: 199), destacaron las de controles para el sector financiero, subsidiaron a la producción agrícola y otorgaron empleo a jóvenes por medio del Cuerpo de Conservación Civil. 

En 1935, en un segundo periodo de reformas, el gobierno aprobó un paquete económico, donde la mitad del presupuesto fue destinado a rescatar la economía. En esencia, las obras de infraestructura resultaron la base de las medidas, aunque el trabajo puso en los bolsillos de los norteamericanos remuneraciones monetarias hasta por montajes teatrales. A la par, la Ley de Seguridad Social protegió de accidentes, desempleo y vejez, mientras la Ley Wagner transformó las relaciones laborales y dio fuerza a los sindicatos. 

A grandes rasgos, Estados Unidos construyó una economía mixta, que basó su funcionamiento en la iniciativa privada, aunque el gobierno pasó a ser un protagonista capaz de impulsar y dar rumbo al desarrollo. Sin espacio, el liberalismo económico quedó como una ideología caduca. En términos teóricos, John Maynard Kaynes planteó un esquema con mayor inversión para generar el pleno empleo, en la práctica, el Nuevo Trato quedó corto de impulso para alcanzar sus metas. Al poco tiempo, la Segunda Guerra Mundial y sus necesidades bélicas transformaron la demanda de productos y de empleo tanto como para dejar atrás los problemas. 

En términos sociales, el Nuevo Trato benefició a hombres blancos y sus familias, en especial en zonas urbanas. Por su cuenta, la mujer no recibió apoyo directo, mucho menos tuvo un programa masivo de incorporación laboral. Los campesinos obtuvieron poco. Mientras la población afroamericana quedó desprotegida.

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