Las élites novohispanas vinculadas a la economía española

En el periodo de las Reformas Borbónicas, en la Nueva España, los más privilegiados fueron los relacionados con la economía española y, a través de ésta, con los mercados internacionales. La mayor parte de estos hombres eran españoles por nacimiento, aunque existían excepciones como los dueños de minas en Guanajuato y algunos grupos de comerciantes resultaron criollos por nacimiento. Sus vínculos entre los españoles y criollos de estos grupos no permitieron ver importantes diferencias, es más todos pueden ser considerados como españoles, así fueron llamados en su momento por el resto de la sociedad. 

A escala internacional, el virreinato novohispano era importante para España y el resto del mundo por sus exportaciones de plata. Aquí participaron dos grupos de capitalistas novohispanos: los dueños de minas y comerciantes, que dependieron uno del otro. En la práctica, los mineros obtuvieron de los comerciantes sus créditos para mantener el ritmo de extracción.

Al acercarnos a los grupos sociales, los dueños de las minas necesitaron a España porque es ahí donde obtuvieron el mercurio, llamado en aquel momento azogue, el cual resultó fundamental en el proceso de separación de la plata de otros minerales. Por su parte, los comerciantes estuvieron asentados en la ciudad de México, que era el mejor lugar para tener influencia en el gobierno, y en el Puerto de Veracruz, donde se realizaron los tratos para llevar los metales preciosos al otro lado del Atlántico. Los comerciantes novohispanos intentaron realizar sus transacciones sólo con españoles de la Península Ibérica, esto a pesar de ya existir en los últimos años de la colonia un sistema de libre comercio, lo cual se debió a que al permitir la entrada de franceses o ingleses podían perder su hegemonía frente estos competidores.

Al considerar las interacciones dentro del virreinato, el poder económico de los dueños de las minas y comerciantes permeó en la política. Podríamos considerar que los hombres más poderosos y respetados de los últimos años de la colonia pertenecían a estos dos grupos. Los cuales estuvieron atados al sistema imperial español, sin él temieron perder su relevancia. Tal situación, los convirtió en conservadores de todo el orden novohispano, no estuvieron dispuestos a permitir algún cambio.

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