La Primera generación de la Escuela de los Annales (1929-1939)

En 1929, en Estamburgo, Francia, Annales d’Histoire Économique et Sociale fue publicada por primera ocasión. En tal momento, muchos consideraron que se trató de una revista más de jóvenes entusiastas como tantas que surgen en el medio académico, sin embargo, el tiempo demostró su error. Para 1939, instalada en París, cambió de nombre a Annales d'Histoire Sociale. Los dos momentos mencionados enmarcaron a la primera generación de tal Escuela Historiográfica, bajo una perspectiva más general, fue el periodo de Entre Guerras, llenó de procesos y coyunturas significativos, por ejemplo, el crac de la Bolsa de Valores de Nueva York justo el año de fundación de la publicación, por su parte, la entrada de los ejércitos de la Alemania Nazi a la misma Ciudad Luz correspondió al cambio de nombre. 

Lucien Febvre y Marc Bloch fueron las figuras visibles de Annales durante aquel momento, dieron forma a la primera generación. En buena medida, tales historiadores no consideraron sus postulados y escritos como parte de una Escuela Historiográfica, por carecer de unidad metodológica. En contraposición, su influencia resultó avasallante, fueron referencia para historiadores en el siglo XX y aún en el XXI. Sin olvidar, tuvieron lazos profesionales, realizaron un esfuerzo colectivo e institucional desde la revista para repensar la historia y su práctica. Por lo cual, es normal llegar a considerarlos como parte de lo que negaron ser: la Escuela de los Annales. 

En la perspectiva de Febvre, Annales no era una publicación contemplativa, por el contrario, él vio una revista vibrante dispuesta a actuar en pro de su labor creativa (Febvre, 1997: 60). Junto con Bloch dio un carácter polémico a la revista, por su crítica bien fundamentada sobre los textos de otros historiadores, esto rompió con los rituales de la cortesía universitaria, que poco favoreció a la discusión académica. 

Al cambiar las perspectivas, la primera generación de Annales comenzó a relegar la historias políticas y militares, no estuvo interesada en realizar narraciones lineales subordinadas a los considerados grandes hombres. Por el contrario, buscó marcos interpretativos para complejizar, los cuales se encontraron en la economía y la sociología, aunque llegaron a apoyarse de otras ciencias sociales para construir nuevas formas de interpretar el pasado. 

A pesar de sus grandes logros, los fundadores de Annales tuvieron sus diferencias intelectuales, resultaron divergentes sus postulados y, hasta cierto punto, enfrentados. Por un momento, Fabvre pensó que Bloch buscó llevar la revista a un camino de conformismo de centro izquierda, a la inversa, según el segundo, llegó a considerar al primero demasiado abstracto en sus análisis (Fontana, 2001: 201). Aquellos desencuentros sólo mostraron la fuerte personalidad de los dos autores, quienes recrearon la perspectiva del conocimiento histórico de su época, apoyándose uno en el otro y del entorno académico de la revista. 

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