De Boston Tea Party al Comienzo de la Guerra por la Independencia de las 13 Colonias

En el siglo XVIII, la corona británica mantuvo una importante recaudación de impuestos sobre sus súbditos en la misma metrópolis, por su parte, sus colonos en América mostraron un fuerte descontento por la incorporación de cualquier acción tributaria y buscaron evitar pagarlas cuando existieron, sin olvidar su tradición de autogestión económica. A grandes rasgos, tal situación causó un ambiente de tensión constante, al considerar los reiterativos intentos de centralizar para controlar desde el otro lado del Atlántico. 

En 1773, en un ambiente de constante aumento de tensiones, la autoridad británica decretó el Tea Art, que otorgó a la Compañía de las Indias Orientales el monopolio de la venta del té (Tenenti, 2011: 433). En consecuencia, la ley afectó los intereses de colonos dedicados al comercio y al precio final para los consumidores, en respuesta, en Boston, unos cuantos decidieron disfrazarse de indios y lanzar el cargamento de té al mar. Tales acciones fueron un franco acto de rebeldía, de poca monta, aunque resultó importante para ir cuajando la idea de la insurrección. 

Durante la segunda mitad de 1774, el Primer Congreso Continental sesionó como una asamblea para el diálogo interno entre representantes de la mayoría de las colonias británicas en América. En la misma existieron varias posturas encontradas, desde los conservadores, quienes buscaron mantener intactos los lazos con la metrópolis, hasta los radicales, los cuales plantearon la acción directa en contra de las leyes intolerables. Así, llegaron a justificar los actos de insubordinación, junto la legitimación del apoyo en contra de disposiciones procedentes del otro lado del Atlántico. 

En abril de 1775, las batallas en Lexington y Concord marcaron el comienzo de la Guerra, por parte de los colonos, el Ejército Continental surgió como respuesta, tuvo como comandante en jefe a George Washington. En la base de la organización, las milicias locales resultaron fundamentales, aunque en un principio no tuvieron la fuerza para enfrentar directamente a las tropas británicas, alcanzaron sus éxitos a través del desgaste provocado por pequeñas acciones de corte guerrillero. 

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