Las ampliaciones de la Unión Europea (1994-2020)

por Alef Pérez

Tras un largo camino de integración desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, en 1994, la Unión Europea surgió como una formación política con fuertes vínculos internos en lo económico, político y social. En un principio, las doce naciones dentro de la Comunidad integraron la nueva formación. En aquel momento, la amenaza militar de la Unión Soviética era inexistente y Rusia estaba postrada, por su parte, el poderío económico de los Estados Unidos encontró un socio en los negocios casi incondicional. 

Entre los miembros fundadores, Alemania, Francia y Gran Bretaña eran las naciones de mayor peso político, por el tamaño de sus economías y demografía. En un principio, estuvieron sumidas en su esfera de influencia occidental. Sin embargo, rumbo al oriente de Europa, los antiguos regímenes comunistas resultaron llamativos para ampliar los territorios de la Unión (Anderson, 2009: 53). Frente lo cual, a grandes rasgos, algunos pensaron en consolidar el proyecto político a nivel continental, otros buscaron crear nuevos mercados.  

De forma limitada, Alemania planteó incorporar a naciones con capacidad industrial, así, pensó fortalecer sus líneas de abastecimiento, a través de la inclusión a la Unión de Polonia, Hungría, Eslovaquia y la República Checa. Con más recelos, Francia no tuvo un incentivo especial para llevar nuevos miembros, aunque no se negó a respaldar a algunas naciones como Rumania. 

En contra posición, Gran Bretaña planteó una agresiva política de ampliación, así, buscó eliminar los controles políticos y sociales de la Unión, tal planteamiento significó la posibilidad de privilegiar lo económico según postulados neoliberales sobre cualquier otro aspecto. Llegó a imaginar la anexión al mercado común de Rusia y la mayoría de sus antiguos satélites con sus inmensos recursos naturales junto a un gran número de ciudadanos, que eran vistos como consumidores. Tal proyecto no alcanzó las metas más ambiciosas.  

En los hechos, en los años noventa, al existir un consenso en la opinión pública por sumar más territorios, los políticos desafiaron dejar a tras los cálculos costo-beneficio y permitieron la incorporación de casi cualquier solicitante. En espacial, en el 2004, la ampliación sumó tres repúblicas exsoviéticas (Estonia, Letonia y Lituania), lo que significó una fuerte humillación para Rusia. 

Comentarios