Los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial

Tras la Primera Guerra Mundial, los Estados Unidos regresaron a su aislacionismo tradicional, sólo llegaron a estar interesados en sus zonas de influencia próximas como América Latina. En los años treinta, estuvo inquieto por los conflictos expansionistas de Japón, Italia y Alemania o las Potencias del Eje, aunque decidió no intervenir. 

A pesar del pacifismo oficial, en 1940, Estados Unidos comenzó a prepararse para una confrontación bélica. Así, la industria recibió algunos encargos para abastecer a los británicos, quienes resistieron los intentos nazis de doblegarlos, y realizó una cierta producción para modernizar su propio ejército. En otro aspecto, la preparación de nuevas tropas comenzó a través de la ley de servicio militar obligatorio en tiempos de paz. 

En diciembre de 1941, el ataque japonés a Pearl Harbor cambió el escenario de forma abrupta, el no intervencionismo norteamericano resultó borrado. Mientras el presidente, Franklin D. Roosevelt, declaró la guerra a Japón, de forma inesperada, la Alemania nazi decidió apoyar a su aliado del Eje. De un momento a otro, Estados Unidos estuvo en el escenario del Pacífico, aunque envió la mayor fuerza para intentar entrar a la zona continental de Europa con la prioridad de liberarla, esto significó localizar tropas en el Mediterráneo Africano por su importancia estratégica. Así, los diversos frentes bélicos conectaron y dieron origen a la Segunda Guerra Mundial. 

En los Estados Unidos, las fabricas fueron reconvertidas para abastecer a las tropas con armamentos y provisiones, sus aliados recibieron apoyo con estos productos (Pani, 2018: 206). Como consecuencia inmediata, el pleno empleo fue una realidad para los varones, mientras las mujeres que llegaron a buscar una remuneración la encontraron con gran facilidad. Es más, trabajadores extranjeros llegaron, entre ellos fueron mayoría los mexicanos. Por su parte, algunos migrantes decidieron enrolarse en el ejército para obtener la nacionalidad norteamericana. Las perdidas humanas fueron mínimas, sólo 400 mil, frente los 60 millones calculados a nivel global  por el conflicto.  

Para mantener el esfuerzo bélico a su máxima capacidad, Estados Unidos decidió censurar y perseguir a las voces disidentes, mientras la propaganda de guerra tomó un lugar privilegiado (Adams, 2004: 327). También creó campos de concentración para los japoneses en su territorio, no fueron de exterminio, pero evitaron su interacción con el resto de la sociedad norteamericana. Sin dejar de mencionar, el gobierno decidió utilizar la bomba atómica sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, lo que marcó la victoria en el frente del Pacífico de la Segunda Guerra Mundial y fue una atrocidad en contra de civiles. 

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