La fundación de la ONU

En los años treinta del siglo XX, la Liga de las Naciones resultó inútil frente cada conflicto internacional. En la Segunda Guerra Mundial, tal organismo perdió toda credibilidad y fue incapaz de continuar en su papel para preservar el orden a nivel global (Lowe, 2003: 397). Así, en 1944, los representantes de Estados Unidos, la Unión Soviética, Gran Bretaña y China comenzaron a plantear la forma de resolver los conflictos entre las naciones o evitarlos por medio del dialogo.

A mediados de 1945 en San Francisco, Estados Unidos, la Organización de Naciones Unidas (ONU) surgió con cincuenta miembros fundadores. En tal momento, la Carta de la Naciones Unidas fue firmada como documento base, que planteó preservar la paz para el beneficio de toda la humanidad. En términos de estructura crearon seis órganos principales: la Asamblea General, el Consejo de Seguridad, el Secretariado, la Corte Internacional de Justicia, el Consejo Económico y Social y el Consejo de Administración Fiduciaria.

Vale la pena mencionar parte del funcionamiento de la ONU, por ejemplo, la Asamblea General formó el máximo órgano de representación, tuvo un miembro por cada nación, organizó sus reuniones de forma anualizada con excepción de las extraordinarias por situaciones de tención internacional. Por su parte, el Consejo de Seguridad fue un órgano cerrado con cinco miembros permanentes (los Estados Unidos, la Unión Soviética, Gran Bretaña, Francia y China), a los cuales se sumaron seis miembros rotativos electos cada dos años por la Asamblea General. También es de mencionarse, la Corte Internacional de Justicia localizó su sede en La Haya y fue diseñada para dar causes legales a las disputas internacionales. Por su complejidad, el Consejo Económico y Social contó con comisiones regionales y diversas entidades relevantes en su ramo como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), entre otras.

En concreto, la ONU no logró intervenir cuando se trato de beligerancia con tintes militares de alguna de las dos superpotencias, las cuales actuaron con total impunidad, mantuvo la misma pasividad en casi todos los conflictos. Sin embargo, alcanzó importantes acuerdos cuando las partes involucradas estuvieron dispuestas a dialogar como en el caso de la Guerra Civil del Congo. Es de considerarse, la Carta de las Naciones Unidas quedó como una declaración de buenas intenciones.


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