El auge del Estado benefactor (1945-1970)

por Alef Pérez

Tras no poder responder a las necesidades de la Gran Depresión y de la Segunda Guerra Mundial, la políticas económicas liberales encontraron múltiples obstáculos para mantener su vigencia. Como proyecto alternativo, la Unión Soviética aumentó su prestigio al ser la fuerza clave al derrotar a la Alemania nazi y el desarrollo que mostró su economía centralizada, aunque inviable para naciones que buscaron mantenerse en el capitalismo.

Sin poder regresar al liberalismo y el miedo al socialismo real, Europa Occidental y los Estados Unidos comenzaron a construir economías mixtas con intervención y guía gubernamental, mientras la iniciativa privada disfrutó de beneficios al invertir. Como un aspecto clave, el Estado de bienestar fue el apoyo a los sectores sociales más desprotegidos (Cameron, 2014: 404). En el campo teórico, el keynesianismo comenzó a ser dominante con sus planteamientos intervencionistas. Por su parte y con presupuestos más restringidos, las naciones del Tercer Mundo siguieron el ejemplo.    

En el campo político, los partidos de izquierda en Europa Occidental lograron una serie de victorias significativas y tuvieron como su planteamiento eje el Estado de bienestar. A grandes rasgos, la resistencia a implementar este tipo de proyectos resultó mínima y no tuvo fuerza. Por su parte, los sindicatos y otros grupos corporativos impulsaron la consolidación de las acciones gubernamentales que beneficiaron a las bases y fueron los intermediarios.

En concreto, el Estado de bienestar actuó de diversas formas para mejorar las condiciones de la sociedad. Los campos de acción fueron la educación, la atención hospitalaria, la jubilación y la reducción del desempleo (Thomson, 2003: 226). Las formas de intervenir resultaron diversas, aunque los modelos variaron entre la inversión puramente gubernamental y sistemas que posibilitaron la asociación conjunta con privados. Sin olvidar, la cantidad de los recursos invertidos varió entre los país, esto por la capacidad de recaudación de impuestos, el tamaño de cada economía o por las prioridades del gobierno en turno.

En el tercer cuarto del siglo XX, la burguesía no actuó contra la consolidación del Estado de bienestar, el margen de ganancia resultó satisfactorio, en buena medida por el acelerado crecimiento económico de casi todo el mundo. En otro aspecto, la clase media logró consolidarse a través de estos apoyos, en especial por la educación universitaria, que le permitió alcanzar conocimientos especializados.


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