La Guerra de Corea

Al concluir la Segunda Guerra Mundial, el territorio de Corea fue liberado del dominio japonés, tras lo cual, las nuevas superpotencias victoriosas comenzaron la ocupación y la separación de la Península. La división de las dos zonas se estableció a partir del paralelo 38º, el norte se volvió comunista por la influencia de los soviéticos y el sur capitalista por el peso de los norteamericanos. Así, en el lejano oriente surgió otro importante frente de confrontación de la Guerra Fría.

Casi desde la división, los pequeños enfrentamientos entre las dos Coreas eran una constante. La del Sur, República de Corea, planteó “una marcha hacia el norte” para conquistar los territorios comunistas. Aunque en 1950, la del Norte, República Popular Democrática de Corea, actuó primero, comenzó la invasión de su contraparte en la Península, con gran velocidad, avanzó hasta las puertas de Seúl. En respuesta, Estados Unidos cortó las líneas de abastecimiento del frente norcoreano, lo que permitió que los soldados comunistas de la península fueran dispersados o arrinconados a través de una guerra convencional. Desde Washington, la única limitación a sus tropas fue evitar entrar al territorio de China, pensó que así evitarían la ampliación del conflicto. Sin embargo, los chinos entraron a la guerra al traspasar los norteamericanos el paralelo 38º y lograron mantener una contienda militar significativa.

Es de resaltarse, en la Guerra de Corea actuaron aviones de combate Mig supuestamente tripulados por chinos (Tusell, 2001: 202), aunque en realidad eran pilotos soviéticos. Las tropas norteamericanas descubrieron esto desde el momento de los combates, aunque prefirieron permanecer en silencio para evitar una confrontación directa entre las superpotencias, la cual pudo significar una guerra incontrolable para los dos bandos.

Para mantener el esfuerzo bélico, China mandó soldados principalmente de infantería. Su estrategia sería algo impredecible de predecir para las tropas de Estados Unidos, estos no estaban preparados para enfrentar soldados irregulares que se movían fuera de las principales rutas de transporte. Entre abril y mayo de 1951, los chinos y norcoreanos realizaron su última ofensiva con una fuerza de 700,000 hombres avanzando sobre el territorio surcoreano, al poco tiempo, el frente de guerra comenzó a llegar a un punto muerto, con lo cual, los norteamericanos evitaron su expulsión de la Península.

Con la iniciativa de los soviéticos para dar cabida a negociaciones entre los dos bandos beligerantes, los combates se detuvieron en noviembre de 1951. La situación permaneció en suspenso durante casi dos años, hasta que en julio de 1953, las dos Coreas quedaron divididas definitivamente alrededor del paralelo 38º. Es de resaltarse, las dos naciones continúan en una situación de hostilidad de una hacia la otra. 


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