El experimento neoliberal en la dictadora militar de Chile

En los años cincuenta del siglo XX, algunos norteamericanos promovieron su perspectiva de modernización del conocimiento de la economía, que buscó la eliminación de las diversas formas de intervención gubernamental. Así, en 1956, estudiantes chilenos comenzaron a realizar estudios en la Universidad de Chicago, fueron becados para comprender los elementos teóricos del neoliberalismo, sólo tuvieron que esperar la oportunidad para poner su conocimiento en práctica.   

Es de señalarse, en 1970, Salvador Allende llegó al poder en Chile, buscó llevar a su nación al socialismo por la vía de las urnas. Sin embargo, para 1973, el golpe de Estado de Augusto Pinochet cambió el camino de la nación sudamericana. En un contexto favorable, las políticas neoliberales comenzaron a ser aplicadas a través de la desregulación del sector financiero, apertura de los mercados y reducción del gasto público (Escalante, 2019: 108). Otras acciones acordes al nuevo sistema fue la eliminación de los sindicatos y de los partidos políticos, mientras se desmanteló cualquier organización popular, lo que permitió transformar la economía de una forma radical para aquel momento. A grandes rasgos, la ecuación resultó simple: una dictadura capaz de dar rienda suelta a los intereses económicos privados, lo cual resultó imposible por el camino de la democracia en aquel momento.

En el resto del mundo, Chile comenzó a ser considerado como el laboratorio del neoliberalismo. Para conocer su médelo teórico en acción, diversos economistas norteamericanos llegaron a estrechar la mano de Pinochet entre ellos Milton Friedman, mientras el gobierno de Washington estuvo complacido con la situación. Al mismo tiempo, los economistas chilenos afines al régimen eran considerados “Chicago boys”, seudónimo que portaron con orgullo y los identificó con la Universidad norteamericana que los formó.

A pesar de sus fortalezas, en 1982, el neoliberalismo chileno sufrió duros golpes por los problemas económicos internacionales. Bancos y empresas quebraron, mientras el gobierno no logró cumplir con el pago de la deuda externa a plenitud. En tal situación, la respuesta fue una segunda ronda de desregulación de la economía con la privatización de lo poco aún manejado por el Estado. Esto permitió un nuevo periodo de crecimiento y, por algunos años, la revitalización de la dictadura militar, mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) apoyó y consideró correctas las medidas.

En los años ochenta, al transformarse con relativo éxito la economía chilena, Estados Unidos con Ronald Reagan y Gran Bretaña con Margaret Thatcher continuaron el mismo camino de las políticas neoliberales (Harvey, 2007:15), eran dos naciones con una inmensa influencia internacional. Esto llevó a tales políticas económicas a ser la doctrina dominante en un buen número de regiones del mundo.


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