El intervencionismo norteamericano en América Latina durante la Guerra Fría

A grandes rasgos, la Guerra Fría enfrentó a los Estados Unidos con la Unión Soviética. Cada uno contó con sus propios aliados, subordinados y zonas de influencia, este último aspecto delimitó los lugares directamente de competencia de las superpotencias, en las cuales el contrincante no debió intervenir. Por su cercanía geográfica y mantenerse bajo las formas del capitalismo al terminar la Segunda Guerra Mundial, América Latina estuvo bajo la vigilancia e intervenciones constantes de los norteamericanos.

Entre el final de la Segunda Guerra Mundial y los años cincuenta en América Latina, los Estados Unidos comenzaron una campaña constante de desprestigio contra organizaciones comunistas o, simplemente, de izquierda (Katz, 2006: 463). En contra posición, apoyó las dictaduras militares como la forma más eficiente de dar seguridad a sus intereses o para eliminar enemigos. En lo económico, decidió no otorgar en aquel momento recursos a la región, prefirió concentrarlos en la devastada Europa.

En 1959, la Revolución Cubana triunfó y, al poco tiempo, demostró su fuerza a los Estados Unidos al derrotar la intervención en Playa Girón. Tal situación golpeó directamente al orgullo y prestigio norteamericano por tratarse de una nación a unos cuantos kilómetros de su costa que decidió transitar al socialismo real. En otro aspecto, la izquierda latinoamericana revitalizó sus fuerzas con el ejemplo de la Isla Caribeña, la guerrilla fue la forma de lucha predilecta.

En 1971, la izquierda latinoamericana alcanzó otro formidable éxito con la victoria electoral de Salvador Allende en Chile, hombre comprometido con la construcción de una sociedad más igualitaria por el camino de las urnas. El jubilo duró poco, para 1973, las fuerzas conservadoras al interior de la nación sudamericana y los intereses norteamericanos actuaron, Augusto Pinochet estuvo a la cabeza, tras lo cual, logró convertirse en dictador militar, mientras su gobierno fue el primero en seguir la doctrina neoliberal por recomendación de grupos de interés de norteamericanos.

En los años ochenta durante el ocaso de la Guerra Fría, los Estados Unidos actuaron con mayor rigor en contra de quienes proclamaron ideologías de izquierda. En especial, Centroamérica vivió un periodo de feroces intervenciones en contra de sus guerrillas y en especial del gobierno en aquel momento revolucionario de los sandinistas en Nicaragua. En contra posición, la opinión pública norteamericana comenzó a protestar por la falta de escrúpulos de su gobierno en el exterior.


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