A semejanza de los tiempos medievales en el siglo XVIII europeo, el clero conformó uno de los tres estamentos en que se dividió la sociedad. Aunque en el caso de los reinos católicos, estuvo imposibilitado de crear el mismo sus nuevos cuadros, esto se debió al celibato. En consecuencia, buscaron en los otros sus futuros miembros, que eran la nobleza y el pueblo común, los mismos estuvieron interesados en tener influencia dentro de las organizaciones eclesiásticas.
No sólo se trataba de un estamento decorativo, el clero contaba con una presencia política significativa (Im Hof, 1993: 36). Esto resultaba igual en las regiones católicas o protestantes, en reinos absolutistas consolidados o pequeños principados. Por ejemplo, la Cámara de los Lores en Inglaterra contaba con su bancada reservada a los jerarcas de la iglesia anglicana. Como la nobleza, algunos clérigos de la alta jerarquía formaban parte de las cortes reales o de la burocracia.
Al sumar las diversas formas de culto como el de los católicos, luteranos, anglicanos y otros de grupos, el clero estaba presente en cualquier rincón de Europa, en cada pueblo y en cada barrio urbano. Toda pequeña comunidad contaba con su templo y los pastores guiaban a su rebaño por el camino de las Sagradas Escrituras. Para toda la sociedad resultaba ser una obligación el asistir a misa y a otros eventos religiosos. Así, en las pequeñas comunidades campesinas, el sacerdote local pasaba a ser el sabio en la misma, era consultado para casi cualquier problema que se presentaba. Es de señalarse, no existía un sistema de educación laico y masivo, capaz de colocar maestros u otros profesionistas en pequeñas comunidades.
El clero secular de las ordenes religiosas presentaba una mejor formación, aunque también el regular contaba con cierto conocimiento teológico básico. Resultaba posible dividir entre la alta jerarquía católica y en la sima del sistema el papa con inmensos privilegios, mientras el clero parroquial estaba en una situación de pobreza. Tales diferencias, también fueron palpables en algunos cultos protestantes que crearon jerarquías, como los anglicanos, aunque existieron casos como los luteranos donde las diferenciaciones sociales son menores y tienen que ver con el lugar donde se trabaja y la riqueza de quienes sustentan la Iglesia.
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