El Humanismo


El humanismo estuvo incrustado cronológicamente en un momento de profundas transformaciones, que fueron los primeros bosquejos de un nuevo periodo histórico: la Edad Moderna. Antes de 1450, no era posible observar sus rasgos, aunque para 1470, mostró un carácter vigoroso en especial en las ciudades-Estado de la Península Itálica, lo cual prevaleció hasta 1520 (Romano, 2005: 130). Para 1550, resultó inviable por la reacción conservadora de la contrarreforma católica. Es necesario hacer notar, el humanismo conformó algunas características del Renacimiento, aunque este último resultó más amplio.     
En el siglo XV, para poder conformar su identidad, el humanismo retomó ideas de la Antigüedad. De los filósofos de la Grecia Clásica encontraron los planteamientos teóricos de la libertad y del Imperio Romano redescubrieron las nociones del derecho, donde la propiedad privada fue de vital importancia. Con tales elementos, resultó posible plasmar al individuo con características propias fuera de lo dictado por lo divino o la sociedad.
También es de considerarse, mientras se retomaba la Antigüedad, lo Medieval resultaba contrapuesto a las ideas humanistas. Así, desafiaba a la mentalidad corporativa, por ejemplo, la de los gremios artesanales. La estricta jerarquía social conformaba un elemento a enfrentar, por la nueva importancia del individuo. En la mentalidad rompió con la visión teológica de la Iglesia católica, la cual colocaba como dogmas a las Sagradas Escrituras, a lo cual se sumaba el determinismo de los designios de Dios, que fueron remplazados por los de los hombres. Es de mencionarse, no se trató de un movimiento anti-religioso, por el contrario, sus exponentes continuaron profesando la religión, sin embargo, buscaron separar lo doctrinario del catolicismo del conocimiento y de las artes.
Al considerar las condiciones materiales, el humanismo prosperó en las ciudades-Estado italianas por su dinámica trasformadora rumbo al capitalismo, donde el individuo tomaba fuerza frente las colectividades. Sin embargo, otras regiones de Europa con burguesías menos dinámicas lograron asimilar las ideas. No tuvo resonancia en las masas de la sociedad, sin embargo, entre la élite resultaba atrayente por la posibilidad de obtener mayor libertad personal.
El humanismo fracasó en su primer intento de cambiar la mentalidad de la sociedad. Por su parte, los monarcas absolutistas impusieron una jerarquía, donde ellos eran la cúspide. Mientras, la Iglesia católica y sus ideas continuaron prosperando en la mayor parte de Europa Occidental. Sin embargo, sentó un importante precedente para la ideología burguesa, la cual encumbró la acción individual del hombre.
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