A finales del siglo XV y principios del XVI, los
españoles consolidaron su dominio sobre las Antillas. Lo cual permitió la
exploración y anexión a la corona de grandes extensiones de tierra en el
continente que llegaría a ser conocido como América, en tal proceso resultaron
fundamentales las conquistas de los imperios mexica e inca.
Desde la isla de Cuba, la expedición de Hernán Cortés fue
organizada. Le tomó tiempo encontrar el lugar preciso para desembarcar sus
fuerzas, aunque tras lo cual marchó a Tenochtitlán, capital del imperial
mexica, que conquistó en 1521, tal acción le dio control sobre extensos
territorio y una importante base social para explotar.
De forma literal, los españoles montaron su nuevo centro
urbano sobre él del imperio derrotado, tras lo cual, de la ciudad de México
partieron diversas expediciones para conquistar otras tierras como la Nueva
Galicia hacia el noroeste entre 1529 y 1536, en la segunda mitad del siglo XVI,
por el mismo camino pero adentrándose más, sometieron la zona que llamaron Nueva
Vizcaya. El dominio de otros territorios norteños resultaba más endeble, por la
dificultad de someter a los pueblos nómadas y semi-nómadas. En el sureste, la caída
de algunos reinos mayas resultó complicada, aunque al terminar el siglo aquellas
tierras podían ser consideradas parte del imperio español.
Al organizarse el otro gran hecho de armas, en Panamá,
Frincisco Pizzaro partió para la conquista del imperio inca (Elliott, 1991:
142). Entre 1531 y 1533, logró someter a sus adversarios. Para comenzar a
organizar su nuevos territorios, los españoles fundaron Lima, desde donde
partieron para subordinar diversos territorios sudamericanos. Marcharon rumbo al
norte y al sur, aunque su dominio resultó endeble en muchas tierras, por no
existir una organización social compleja previa sobre la cual montarse.
Rumbo al oriente de Sudamérica, los españoles encontraron
bloqueado el camino por el Tratado de Torresillas, que le daba a Portugal
control sobre el recién descubierto Brasil, aunque también es necesario
considerar la separación provocada por el Amazonas entre las dos zonas de
dominación, al ser una salva casi impenetrable para los europeos, esto por las
complicaciones del abastecimiento y las enfermedades tropicales. En un caso
particular, Buenos Aires fue fundada en 1536, pero en 1541 fue destruida y
nuevamente refundada hasta 1580.
Es necesario hacer notar, las conquistas de los imperios
mexica e inca necesitaron del apoyo de importantes contingentes de población
local, los cuales veían a los europeos como aliados frente sus enemigos
tradicionales. Para lograr mantener sus zonas de dominación se montaron sobre
las viajas estructuras basadas en el pago de tributo, mientras las enfermedades
diezmaban las posibilidades de resistir. Por su parte, las tierras de nómadas y
semi-nómadas tuvieron un sometimiento parcial y en muchos casos permanecieron
indómitas.
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