Al realizar un estudio histórico profundo, el primer paso
es la selección del tema de investigación, debe de partir de inquietudes
personales, que en ocasiones son reflejo de la realidad que vivimos. Por
ejemplo, en el siglo XIX resultaba impensable trabajar sobre el cambio
climático, creían que era algo inamovible a lo largo de las décadas y
centurias. En la actualidad, analizar los momentos del progresivo cambio
climático y sus afectaciones en la humanidad con una proyección histórica
resulta una inquietud colectiva. Así, en parte, nuestra realidad y presente
marcan el rumbo de las investigaciones históricas, al menos de aquellas que
tendrán mayor relevancia, por ser de interés colectivo.
También es necesario considerar, la selección de un tema de
investigación histórica a través de nuestro trabajo previo, el cual nos otorga
una serie de experiencias y conocimientos, sin olvidar, que son de considerar
nuestras fobias y filias, así como el ingenio. En buena medida, nuestras
lecturas a través del tiempo y la capacidad de asimilarlas e interpretarlas
resulta fundamentales al comenzar un nuevo trabajo. En este punto y en el resto
de la investigación es necesario el acompañamiento de alguien diestro, al ser
está la forma tradicional de apoyarnos de la experiencia de los demás, en la
labor de indagar, interpretar y escribir. Con tal perspectiva, un buen asesor
nos apoyará para encontrar la mejor forma de explotar nuestras cualidades
personales, sin embargo, en ocasiones no pueden comprender estos elementos y
llevan al joven investigador por complicados y tortuosos caminos, que tienen
pobres resultados académicos en el trabajo final.
Otro elemento que tiene fuerte peso en nuestra selección
de tema es la inteligencia con la cual la realicemos (González, 1988: 77). En
buena medida, se trata de crear una proyección de los recursos existentes sobre
los cuales se pretende trabajar y el rumbo que tomaría la investigación
histórica en sus diversos pasos hasta lograr el trabajo final, sin olvidar el
reconocer la disposición de los recursos y del tiempo para trabajar.
A pesar de la sociedad y nuestra propia historia, existe
la posibilidad de alejarnos de todos los factores que intervienen en nuestra
decisión de forma positiva. Así, se puede apartar uno de sus paciones y pensar
sólo en la calificación o en la obtención de una remuneración monetaria, lo
cual es común aunque poco ético. Sin olvidar otro problema, el abordar la
temática con torpeza, sin darnos cuenta de las dificultades materiales
existentes para llevar a cabo nuestro trabajo.
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