La ruptura de los estados Confederados con la Unión en Norteamérica

A finales de 1860, la elección de Abraham Lincoln como presente de los Estados Unidos afectó profundamente los intereses del Sur norteamericano. En primera instancia, llegó sin la necesidad de un apoyo sureño, el joven y victorioso Partido Republicano no tenía presencia en tales territorios. Otro agravante, las promesas de campaña como la no ampliación de la esclavitud y el proteccionismo económico resultaron contrarios a los intereses de los estados y las élites de la mencionada región.
            En la atmósfera política, la posibilidad de la secesión del Sur del territorio de los Estados Unidos resultaba viable, sin embargo, nadie pudo predecir el rumbo de los acontecimientos (Adams, 2004: 92). Ante tal desafío, la administración entrante en Washington no estaba segura de cómo actuar, titubeaban entre la firmeza y la laxitud.       
            El 20 de diciembre de 1860, en el ámbito sureño y como consecuencia de la victoria de los republicanos, la legislación de Carolina del Sur votó por romper todos los lazos con la Unión. En enero de 1861, Mississippi, Florida y Alabama optaron por el mismo camino radical. Para febrero, siete estados más decidieron seguir el ejemplo. Todos los secesionistas decidieron reunirse en la ciudad de Montgomery, ahí, crearon un gobierno y eligieron a Jefferson Davis como primer presidente de la Confederación de Estados Americanos o simplemente Confederación.
            En marzo de 1861, Lincoln subió al poder, estaba frente un desafió enorme: la separación de parte del territorio de la Unión. En su discurso de toma de posesión, tendió la mano a la recién creada Confederación, al prometer la conservación de la esclavitud en aquellos estados donde existía, pensaba posible evitar la confrontación. Sin embargo, aclaró que estaba dispuesto a actuar y defender la integridad territorial de Norteamérica, esto significaba utilizar la fuerza militar, en caso de profundizarse la ruptura.  

            Las agitadas aguas continuaron su curso, la Confederación solicitó la evacuación de las instalaciones de la Unión en su territorio, en especial los fuertes. En el caso más problemático, el estado de Carolina del Sur mostraba una situación de enrome tención, Lincoln decidió enviar una armada por mar y tener la gentileza de informar al respectivo gobernador, que era un separatista. En contraposición, el 12 de abril de 1861, la guarnición de Fort Sumter de los norteños sufrió el bombardeó desde el puerto de Charleston sureño. Así, la Guerra de Secesión comenzaba.       

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