Entre 1815 y 1871, el periodo constituido por un
lado la restauración absolutista de las monarquías europeas y, por el otro, la rebelión
popular de la Comuna de París, los anarquistas clásicos escribieron sus obras,
participaron en movimientos políticos y hasta estuvieron involucrados en
coyunturas de franca rebeldía. Sus representantes convivieron con los
socialistas utópicos y científicos, con las cuales llegaron a tener
controversias.
Al considerarlo como termino,
el anarquismo puede tener diversas definiciones, esto se debe al amplio uso que
ha tenido a lo largo de la historia, sin embargo, los hombres que han sido
considerados como tales muestran la constante de ser inconformes sociales,
expresándose en términos teóricos o hasta terroristas. Puede ser utilizado como
autodefinición partiendo del orgullo de pertenencia a un movimiento o para
descalificar actitudes radicales. En particular, en el periodo a considerar,
los anarquistas trabajaron esencialmente como intelectuales y en la política,
casi siempre en la clandestinidad.
En términos ideológicos, los
anarquistas decimonónicos expresaron planteamientos contrarios a toda las
figuras de autoridad. Así, buscaban la
eliminación de la Iglesia, los gobiernos, la burguesía y cuanta institución o
persona representara el poder establecido, lo cual estaba acompañado de una
solida crítica del sistema dominante. Para la organización de la sociedad, creyeron
en la fraternidad de los individuos, estos actuarían de forma cooperativa sin
anteponer sus propios intereses. Es de señalarse, las bases sociales de los
anarquistas para aquel momento resultaban prácticamente inexistentes.
Entre los anarquistas, Thomas
Hodgskin (1787-1869) construyó sus planteamientos al observar el medio
industrial inglés, planteó que el obrero era el único dueño de los frutos de su
trabajo (Droz, 1981: 82). Por su parte, Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865) tuvo
una importante reflexión teórica y fue retomado como un autor de relevancia en
su corriente de pensamiento, su texto más conocido es ¿Qué es la propiedad?,
a lo cual respondió: un robo.
De aquel periodo, Mijaíl
Bakunin (1814-1876) resultó ser el más conocido de los anarquista. Buscaba la
desaparición del Estado y de la religión, mientras destacaba la importancia del
trabajo. Sin olvidar, que tuvo importantes polémicas con Karl Marx.
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