por Alef Pérez
Al llegar a América, las primeras ordenes religiosas asentaron sus iglesias, conventos y misiones en las regiones más pobladas, en esencia, los antiguos territorios mesoamericanos (Florescano, 2009, p. 88), aunque también acompañaron a los intereses españoles a otras regiones. La expansión aconteció rápidamente en la primera mitad del siglo XVI, momento de consolidación de la Nueva España.
En particular, la Cuenca de México vivió un desordenado proceso de asentamientos de los religiosos, esto se debió a la importancia estratégica de la región como punto articulador del virreinato en formación. Por su parte, el Valle de Morelos resultó tener cierta planificación, rumbo el poniente los franciscanos, los dominicos en el centro y, por su parte, al oriente los agustinos.
Por su parte, los franciscanos tomaron diversos territorios, el más distante fue la península de Yucatán. Para ellos también resultó de importancia el Valle de México junto sus colindancias y la región Puebla-Tlaxcala, ahí edificaron grandes conventos como el de Cholula. En los actuales estados de Querétaro, Michoacán y Jalisco tuvieron sedes de relevancia, que conectaron con las de Guanajuato, donde los españoles llevaron población indígena para cultivar la nueva región agrícola. Tras la ruta del oro, comenzaron a asentarse en Zacatecas y Durango, aunque en el siglo XVI, resultó precaria su presencia en estas regiones.
El territorio de los dominicos resultó fácil de descifrar en un mapa. Casi en exclusividad, tuvieron el dominio religioso de las tierras de los zapotecos y mixtecos, que es el actual estado de Oaxaca, la región se conectó con la Cuenca de México a través de una línea de conventos. Los principales centros coordinadores de la región fueron Teposcolula-Yanhuitlán y Antequera-Oaxaca.
Sin olvidar, los agustinos tuvieron una expansión territorial diversa. Por un lado, en el actual estado de Guerrero tomaron camino rumbo la costa del Pacífico. Adicionalmente, por el noreste llegaron a la huasteca. Rumbo al actual estado de Michoacán encontraron a los franciscanos con los cuales convivieron en la región.
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