Los partidos políticos (1982-2018).


Entre 1982 y 1994, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) mantuvo el suficiente peso político para conservar las riendas del poder a nivel nacional, ya no era más una institución hegemónica, capaz de ganar casi todas las elecciones, más bien, dominaba lo suficiente como para mantener las riendas del poder a nivel nacional. En términos ideológicos, perdió su herencia revolucionaria, al dejar de ser nacionalista, agrarista y olvidar el énfasis en la justicia social. De las viejos elementos fundamentales, sólo se mantuvo el autoritarismo, esto para poder sacar adelante las reformas neoliberales, contrarias a lo defendido por el PRI en otros tiempos.
Por otra parte, los partidos de oposición crecieron poco a poco en influencia. Desde el ámbito municipal y estatal, el Partido Acción Nacional (PAN) luchó en contra del sistema electoral diseñado para dar la victoria a los candidatos priístas. A partir de 1983, los triunfos de candidatos panistas en municipalidades pasaron a ser algo normal (Loaeza, 2010: 250), otras victorias en las urnas no obtuvieron el reconocimiento de las autoridades electorales, sin embargo, se observaba como el PRI perdía terreno. Por su parte, tras la elección federal de 1988 y su fraude, el panismo se convirtió en aliado incondicional del régimen, en buena medida, las reformas neoliberales resultaban afines a su ideario en materia económica, no obstante, tuvo que traicionar su búsqueda de la democracia. Así, para 1989, obtuvo el reconocimiento de la victoria de una gubernatura.
No sólo cambiaban las cosas para la oposición tradicional, el PRI estaba desquebrajándose por la implementación de las políticas neoliberales, mal vistas por muchos en su interior. El grupo disidente estaba encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas, quien organizó el Frente Democrático Nacional, el cual compitió en las elecciones de 1988, resulta posible plantear que ganó por el rechazo generalizado al régimen, sin embargó el fraude electoral se impuso. En tal coyuntura, las fuerzas de la izquierda organizaron el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Desde la segunda mitad de los noventa, el tri-partidismo,  entre el PRI, PAN Y PRD, se convirtió en la regla en un constante juego de posiciones de poder. Mientras una serie de partidos pequeños desempeñaban el papel de aleados de alguno de los tres grandes, jugando a su conveniencia y no por un compromiso ideológico o con la sociedad. En el 2018, las cosas cambiaron, el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) logró convertirse en la principal fuerza política del país.


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La era neoliberal.
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