La doctrina neoliberal tiene como uno de sus
dogmas el control de las variantes monetarias, sin embargo, los acontecimientos
tomaron otro camino. Durante los años ochentas, México perdió el control de los
precios de bienes y servicios, junto con una caída brutal del valor del peso
frente el dólar. En el escenario político, los tecnócratas en el poder
mostraron incapacidad a la hora de plantear soluciones.
En 1987, la fuerte inflación y
devaluación provocaron la ruptura del credo neoliberal de la no intervención
estatal, ya estaba la paridad en más de mil pesos por cada dólar. En tal
contexto, el gobierno sentó a negociar a representantes de los campesinos, de
los obreros y de los empresarios, que acordaron evitar subidas salariales
grandes o el incremento exponencial de los precios al consumidor a través del
Pacto de Solidaridad Económico, que también sirvió para mantener el ritmo de la
política de privatización.
En 1988, momento de la llegada
a la presidencia de Carlos Salinas, las variantes monetarias estaban estables,
no obstante, se dio una obsesión por controlar esos factores, mientras se
sacrificaba el crecimiento económico. Para dejar atrás y olvidar los traumas de
la década anterior, eliminaron tres ceros al peso mexicano, así, dos mil pesos
pasaron a ser dos pesos. Es de hacerse notar, el exceso de control de las
variantes monetarias, mientras las fuerzas del mercado estaban siendo liberadas,
resultó una gran equivocación. En los primeros días del siguiente sexenio, con
el error de diciembre de 1994 comenzó una nueva espiral de devaluación e
inflación. Se logró controlar la situación, aunque tarde para evitar la caída
del poder adquisitivo de las economías familiares de la mayoría de los
mexicanos.
A principios del nuevo
milenio, los sucesivos gobiernos hablaban de estabilidad monetaria, que en
realidad resultaba en una lenta pero firme disminución del poder adquisitivo de
los pobres y de las clases medias. En el sexenio de Enrique Peña Nieto, el peso
ha perdido una tercera parte de su valor frente el dólar. Es posible afirmar,
las políticas neoliberales mexicanas fracasaron en su control monetario. Como
era costumbre, culpaban a los factores externos sin reconocer sus propios
errores.
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