Los teochichimecas, los nómadas vistos desde Mesoamérica.


Los pueblos de habla nahualt mencionaban a chichimecatlalli como la tierra de los chichimecas, “Es un lugar de miseria, de dolor, de sufrimiento, fatiga, pobreza y tormento. Es un lugar de rocas secas, de fracaso, un lugar de lamentación, es un lugar de muerte, de sed, un lugar de inanición. Es un lugar de mucha hambre, de mucha muerte” (Braniff, 2001: 68). Por lo cual, buscaban evitarlo.
El nombre de chichimeca en nahualt se refiere al habitante del norte, sin distinción. El salvaje era el llamado teochichimeca, tal consideración provenía de la incomprensión de los hombres mesoamericanos de la forma de vida de los aridoamericanos, los cuales eran nómadas o siminómadas, sin agricultura y obtenían sus recursos de la caza, pesca y recolección.
Las zonas de la frontera norte mesoamericana tuvieron constantes contactos con los pueblos aridoamericanos, los cuales llegaban a entrar a los comunidades agrícolas violentamente para obtener alimentos. Al correr de los siglos la interacción no resultó fácil, debido a que más o menos en el siglo I los pueblos agricultores se expandieron rumbo al norte, desplazando poco a poco en su camino a la población de cazadores-recolectores. La historia cambiaria con la desertificación que se puede observar por el 900 d.C., así, cultivar resultó complicado en el norte y quienes se quedaron, estuvieron desprotegidos por la ampliación de las regiones transitadas por los nómadas.
En las tierras que hoy es el estado de Zacatecas, los chalchihuiteños llegaron más o menos en el siglo I, desplazando a la población original de nómadas, de la cual no tenemos información. Al transcurrir de las centurias, un clima con menos precipitaciones pluviales hicieron migrar a los agricultores y en el siglo VI eran reconocibles los rasgos de los zacatecos, quienes pertenecían a una tradición seminómada.

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