El 23 de
septiembre de 1965, el Grupo Popular Guerrillero atacó el cuartel militar
Madera en Chihuahua. El intento por obtener armas y mostrar capacidad terminó
en fracaso. Sin embargo, quedó en la memoria de quienes planteaban la vía
armada para llegar al socialismo y los combatientes fallecidos pasaron a ser
mártires.
Para la juventud, el 2 de octubre de 1968 mostró la imposibilidad de la negociación
política con el régimen. El radicalismo creció en las universidades y zonas
urbanas. Con tales precedentes, durante 1973 en Guadalajara, diversos organizaciones
guerrilleros crearon la Liga Comunista 23 de Septiembre en memoria del grupo
que llegó a actuar en Chihuahua, nombraron a su periódico Madera. Buscaban arrebatarle los medios de producción a los
explotadores y llegar al socialismo.
En sus primeros años de existencia, la Liga Comunista 23 de Septiembre tuvo
varias rupturas, de donde nacieron diversas guerrillas urbanas. Para quienes se
quedaron, significó la purificación del grupo y la posibilidad de afinar la
disciplina. El máximo órgano de decisión fue el comité de Redacción, casi al
mismo nivel estaban el Militar y el de Impresión, dispersadas por los
principales centros urbanos del país se localizaban las brigadas armadas
(Peñaloza, 2018: 168). No de menor importancia, el periódico Madera realizaba difusión en fabricas y universidades.
La Liga Comunista 23 de Septiembre obtuvo recursos a través de asaltos
bancarios y, de forma más llamativa, secuestros a empresarios. Lo cual
representó un ataque directo a la burguesía nacional. Por ejemplo, durante el intento
de privarlo de la libertad, el empresario regiomontano, Eugenio Garza Sada, terminó
muerto por el enfrentamiento de los guerrilleros con sus guardaespaldas.
En 1977, el gobierno comenzó una reforma política para incorporar a la
legalidad a los partidos de izquierda, lo cual resultó. Por su parte, los
grupos que mantenían las armas fueron desarticulados. La Liga Comunista 23 de
Septiembre no soportó la acción gubernamental, sus principales dirigentes
fueron capturados o muertos en el transcurso de unos cuantos meses. El
periódico Madera lanzó tanto escrito
pudo en contra del gobierno, la burguesía y los considerados por él como
vendidos, sin embargo, la capacidad de fuego había sido aniquilada. Los
sobrevivientes fueron perseguidos.
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