Poco antes de iniciar
los años cuarenta, los billetes y las monedas del Banco de México comenzaron a
ser aceptados por prácticamente toda la población sin problema. El oro y la
plata como moneda circulante resultaba cosa del pasado en las ciudades y poco a
poco se estaba abandonando en el campo. Es de hacer notar, era la primera
ocasión en que México lograba esto, mientras que los desequilibrios monetarios graves
habían sido una constante histórica.
Los años de la Segunda Guerra Mundial para México fueron de una constante
elevación de los precios, que afectó poco a los hogares por darse en un
escenario de crecimiento económico. Al terminar el conflicto internacional, la
situación continuó y empeoró, mientras las reservas de dólares del Banco de
México disminuían. En 1948, se abandonó la paridad de 4.9 pesos por dólar, las
fluctuaciones continuaron durante prácticamente un año, hasta dejar la nueva
paridad en 8.5 pesos por dólar, casi se perdió la mitad del valor de la moneda nacional
frente la norteamericana. A pesar de las dificultades, la cuestión monetaria no
se convirtió en algo caótico y la estabilidad se mantuvo.
Las complicaciones regresaron en 1953, al darse una contracción de la
economía. Para 1954, devaluaron la moneda, la paridad llegó a 12.50 pesos por
dólar, a partir de este momento se abrió un periodo de 22 años, donde no
existieron cambios en la paridad, la estabilidad monetario resultó un factor
fundamental en aquel periodo (Romero, 2003: 177). Adicionalmente, en los
decenios de los cincuenta y sesenta, los precios de los productos en el interior
crecieron un poco año con año, sin embargo los salarios se fortalecieron lo
suficiente como para contrarrestar la inflación y salir ganando.
En 1976, la devaluación se volvió a sentirse en México, la paridad de 12.50
pasos por dólar paso a 19.50 y se tuvo la necesidad de entrar a la libre
flotación de la monada nacional. Temporalmente, detuvieron la inestabilidad a
través de un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI). La calma no
retornó en aquellos años. Las fluctuaciones violentas se volvieron un problema
nuevamente en 1981. Las cosas se pondrían peor en 1982, se llegó a la situación
de 100 pesos por un dólar, la caída del valor de la moneda nacional continuó en
años subsecuentes.
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