Los ferrocarriles en el porfiriato.

La República Restaurada concesionó e inauguró la primera línea ferroviaria, dio una nueva alternativa al camino entre la Ciudad de México y el puerto de Veracruz. Se había logrado algo, sin embargo, el retraso resaltaba descomunal frente Europa y los Estados Unidos, hasta algunas naciones latinoamericanas como Brasil llevaban una amplia ventaja.
Al llegar al poder, Porfirio Díaz firmó 28 contratos para ver locomotoras por todo el país, al menos en ese momento de su primer cuatrienio, sólo estuvieron listos 226 kilómetros y muchísimos más quedaron en proceso de construcción. Manuel González fue presidente de 1880 a 1884 y cosechó el trabajo realizado en la administración anterior al quedar terminados en su periodo 7,744 kilómetros.
“Locomotora de vapor construida por Lima Locomotive Company en mayo de 1887 y adquirida por Teziutlan Cooper Company en mayo de 1905, operó entre Teziutlan y Libres, Puebla. LOC. TCC-2 peso 45 toneladas Ruedas Motrices engranadas de 29 ½ cilindros verticales de 10” X 12” transmisión de fuerza por cigüeñal y engranes” información de la placa, la Locomotora se encuentra a la entrada de la estación Buenavista del Suburbano, antes del ferrocarril. Fotografía de septiembre del 2018.

“Locomotora de vapor construida por Lima Locomotive Company en mayo de 1887 y adquirida por Teziutlan Cooper Company en mayo de 1905, operó entre Teziutlan y Libres, Puebla. LOC. TCC-2 peso 45 toneladas Ruedas Motrices engranadas de 29 ½ cilindros verticales de 10” X 12” transmisión de fuerza por cigüeñal y engranes” información de la placa, la Locomotora se encuentra a la entrada de la estación Buenavista del Suburbano, antes del ferrocarril. Fotografía de septiembre del 2018.  

Los norteamericanos construyeron la mayor parte de la red ferroviaria del porfiriato, tenían como propiedad el 42% (Speckman, 2004: 210), en un segundo lugar relevante estaban los británicos. A pesar de ser de capital extranjero, las empresas eran consideradas mexicanas por formalismo. En los albores del siglo XX, frente dificultades en el servicio, el gobierno compró las acciones y tomó el control de dos compañías, lo cual dio origen a Ferrocarriles Nacionales de México, los grupos de interés de extranjeros no vieron con buenos ojos la acción.
La frontera norte tuvo varios puntos de contacto por líneas férreas con los Estados Unidos, también llegaron a integrar en el sureste una ruta a Guatemala. Las dos costas eran tocadas en diversas ocasiones y la línea del istmo de Tehuantepec logró crear una conexión directa entre el Pacífico y el Atlántico. Las principales ciudades albergaron estaciones. Diecisiete estados eran cruzados por los ferrocarriles, las dos penínsulas tenían vías, aunque no unidas al resto del sistema. Las rutas más importante estaban bien diseñadas y contaban con mantenimiento, no se podía decir lo mismo de las secundarias.  
Locomotora de vapor de la época porfirista de la Compañía minera El Boleo, en el pueblo minero de Santa Rosalía, Baja California Sur. Fotografía de diciembre del 2018.
Locomotora de vapor de la época porfirista de la Compañía minera El Boleo, en el pueblo minero de Santa Rosalía, Baja California Sur. Fotografía de diciembre del 2018. 

            En el ocaso del porfiriato, las vías férreas alcanzaban los 20,000 kilómetros, lograron la integración de la economía nacional con una red eficaz y rápida, rompiendo la inercia de los regionalismos, junto la creación de lazos fuertes con la economía internacional. Eran el símbolo del progreso material de la Revolución Industrial, que al fin había llegado a México.

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