El área del Occidente en el clásico mesoamericano.


El área Occidental tuvo una historia independiente del resto de la súper-área, donde probablemente prevalecieron las sociedades igualitarias. Hasta la llegada de la influencia de lo teotihuacano alrededor de 50 d.C., esto marca el comienzo de su historia como parte de Mesoamérica, en el momento de ocaso del preclásico tardío, por lo cual entró directamente al clásico temprano.
En un caso particular, en lo que hoy es Michoacán, Tingambato calcó elementos de la arquitectura teotihuacana o, muy posiblemente, se trato de un grupo de avanzada que dominó a la población local, que llegó con sus propias tradiciones.  
Montículo B de la Zona Arqueológica de Soledad de Maciel-Xihuacan, en la Costa Grande del estado de Guerrero. Posiblemente estaba dedicado al culto del agua principalmente. En parte, recrea la arquitectura teotihuacana. Tiene 48 m de largo por 22 m de ancho y una altura de 14 m. En la cúspide se localizan los restos de cuatro templos orientados a los cuatro puntos cardinales. Fotografía de julio del 2019
Montículo B de la Zona Arqueológica de Soledad de Maciel-Xihuacan, en la Costa Grande del estado de Guerrero. Posiblemente estaba dedicado al culto del agua principalmente. En parte, recrea la arquitectura teotihuacana. Tiene 48 m de largo por 22 m de ancho y una altura de 14 m. En la cúspide se localizan los restos de cuatro templos orientados a los cuatro puntos cardinales. Fotografía de julio del 2019.

Un siglo después de la llegada de la influencia de Teotihuacán, muy posiblemente, arribaron refugiados de la destruida urbe de Cuicuilco, quienes ya tenían algunos vínculos, se asentaron en la región que hoy es Jalisco. En su nueva localidad realizaron algunas construcciones a semejanza de la pirámide ovalada de su urbe de origen, en este caso los llamamos guachimontones, que son una de las principales muestras de construcciones monumentales en el área Occidental durante el clásico temprano, para su construcción se necesitó mano de obra tributaria, de las poblaciones aledañas.    
Uno de los elementos perfeccionados en el área Occidental fueron las tumbas de tiro, forma de entierro única en Mesoamérica y similar a las costumbres de los incas, que consistieron en un profundo socavón recto que bajaba máximo 16m, en el fundo del mismo se construía uno o varios cuartos para los difuntos de las familias. Ahí se depositaban importantes ofrendas, donde podían ser colocados productos de gran lujo y lejanas tierras.
Juego de Pelota de la Zona Arqueológica de Soledad de Maciel-Xihuacan. Donde se encontró un petroglifo identificado con el topónimo de “Xihuacan”, que se considera como el nombre del centro urbano originalmente. Fotografía de julio del 2019.

Juego de Pelota de la Zona Arqueológica de Soledad de Maciel-Xihuacan. Donde se encontró un petroglifo identificado con el topónimo de “Xihuacan”, que se considera como el nombre del centro urbano originalmente. Fotografía de julio del 2019.      

La influencia de Teotihuacán llegó a su fin en el 600 d.C., esto no cambió mucho la situación del área Occidental, aunque por desconocimiento particular de la historia de la región se marca como el comienzo del clásico tardío para aquellas tierras. El fin de las pequeñas relaciones con la gran urbe del centro significó un aislamiento momentáneo del área Occidental con el resto de Mesoamérica, los bienes y la cosmovisión fluyeron muy lentamente.  En el 900 d.C. terminó este periodo de una forma muy tranquila y mostrando continuidad.

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