En el 909 d.C., la
escritura compleja de los mayas llegó a su fin junto la anotación histórica en
cuanta larga, al igual que las ciudades-Estado del Petén en los Altos de
Chiapas y Guatemala, esto dio comienzo al periodo del Posclásico temprano en el
Sureste. La mayor parte de la población continuó siendo maya, aunque por la
inestabilidad en el resto de Mesoamérica, llegaron diferentes grupos, los
cuales hablaban de un origen mítico en común: Zuyuá o Siwán, el cual se
convirtió en uno de sus pilares de identidad y de ideología, por lo cual los
historiadores llegaron a darles el nombre de zuyuanos.
Entre los
múltiples migrantes con un origen mítico común estaban los itzaes, posiblemente
procedente de Tula del área Centro, se apoderaron de la ciudad que rebautizaron
como Chichen Itzá en la península de Yucatán. Ahí se copió el estilo
arquitectónico de la urbe del Centro y se dio la representación del Chacmool, que se volvió común en el Área
Sureste. Los llegados de otras tierras quedaron grabados en los muros de la
urbe a la usanza de los guerreros de Tula y fueron dirigidos por la “Serpiente
Emplumada”, conocida como Kukulcán entre los mayas, el cual se convirtió en una
deidad muy importante en la región.
Al disminuir
su poderío, Chichen Itzá buscó la construcción de una tiple alianza con Uxmal y
Mayapán. La situación política no resultó estable y para el 1,200 d.C., Chichen
Itzá colapsó, mientras la hegemonía dentro de la península de Yucatán paso a
manos de Mayapán, su dominio duró poco y se aceleró la descomposición política,
en este momento comenzó el Posclásico tardío en el Sureste. Una multitud de
pequeños señoríos iniciaron una serie de guerras, donde ninguno logró una
victoria contundente. La base social de los señoríos en conflicto era el amak, que quiere decir araña y son la
representación de sociedades dispersas por el campo como sí fueran las patas de
la araña, las cuales se encontraban relacionadas como familiares y poseían un
dios patrono en común.
A finales
del siglo XV, los mexicas lograron llegar a la costa de los actuales Chiapas y
Guatemala, sin consolidar su dominio para convertir a los pueblos de la región en
tributarios, más bien crearon enclaves para el intercambio de bienes. Al llegar
los españoles a la región, encontraron la resistencia de los diferentes
señoríos y lograron dominar hasta finales del siglo XVI, lo cual pone fin a la
historia independiente de los mayas.
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