El 292 d.C. es la fecha histórica en la cuenta larga más antigua
en los monumentos de piedra del área Sureste y da inició al clásico temprano
para esa región. Por aquellos tiempos, la influencia de Teotihuacán comenzó en
el mundo maya, la intromisión más importante fue Kaminaljuyú, urbe localizada
en la actual Guatemala, desde ahí controlaron el intercambio de bienes. La
desobediencia hacia la ciudad del Centro se castigaba, así le paso a Tikal, en
la cual se implantó por la fuerza una dinastía teotihuacana. En la misma
sintonía, los mayas del Petén observaron la intervención de una lejana fuerza,
capaz de ser una pieza clave para resolverse los problemas políticos entre las
ciudades-Estado.
Teotihuacán no desarrolló una escritura compleja,
mientras otros pueblos mesoamericanos sí lo lograron, entre ellos, los maya del
clásico crearon la más conocida y llamativa. La cual era mixta: logográfica y
silábica. El primer aspecto indica palabras especificas, así cada signo expresa
una palabra completa. En el segundo, cada signo es una silaba para armar
palabras. Los diferentes elementos se unen en cartuchos, los cuales se leen en
dos de izquierda a derecha, para ir después de arriba hacia abajo. Al final se
creaba un texto con estructura gramatical.
La mayoría de las sociedades mesoamericanas
consideraban el tiempo como algo cíclico, no lineal como en la actualidad,
existieron sus excepciones, por ejemplo, la numeración maya resultó la base
para la cuenta larga. El punto mítico de partida se encuentra en el 13 de agosto
del 3114 a.C., de ahí en adelante contaban los días y los años sin
interrupción, lo cual les permitió colocar acontecimientos míticos e históricos
en un tiempo en específico sin perderse. La precisión de la cuenta larga y de
la escritura maya eran una de las formas como los gobernantes se comunicaban
con el pueblo.
En el 600 d.C., la influencia de Teotihuacán
desapareció del área Sureste, tras un corto periodo de caos, el mundo maya
clásico autónomo floreció conservando e incrementando sus elementos culturales
previos. Sin embargo, la guerra, las rebeliones, la sobre explotación de la
tierra empezaron a causar problemas y aquel mundo en el corazón de la selva
colapsó, más o menos por el momento datado en la última cuenta larga de corte
histórico, el 909 d.C., que marca el final del clásico en el Sureste.
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