El área Occidental de Mesoamérica en el posclásico.


En el 900 d.C., el área del Occidente comenzó su etapa del posclásico temprano, el cambio resultó relativamente tranquilo, la diferencia más importante con el pasado fue el aumento de relaciones con las demás áreas de Mesoamérica. Los agricultores del área Norte migraron masivamente al Occidente, ya que se volvieron imposibles la faenas del campo con su tecnología en aquella región, esto incremento rápidamente el numero de pobladores y creó una extensa frontera con los nómadas de Aridoamérica. El intercambio de bienes se realizó de forma fluida y en grandes cantidades con las áreas del Centro y Oaxaca.
El Occidente mantuvo una dinámica de guerras constantes, entre los diferentes señoríos. Un elemento de armamento novedoso fueron las puntas de cobre en las lanzas y flechas, dejando a un lado la obsidiana utilizada en las otras áreas de Mesoamérica. La manipulación de metales también modificó el trabajo agrícola al darle a las coas y hachas una mayor resistencia, sin olvidar novedosos objetos de lujo. También llegaron a trabajar el bronce. Estas técnicas en la utilización de algunos metales procedían posiblemente de la cultura inca por medio de un contacto marítimo que bordeaba el litoral del continente americano.
Los centros ceremoniales concentraban la población, llegando hasta 5,000 habitantes. Los mismos recaudaban tributo a los pueblos de sus alrededores, con esto se obtenía alimentos para los guerreros, sacerdotes y gobernantes, adicionalmente, se cobraba en trabajo para realizar obras de irrigación, fundamentales al incrementar la productividad del campo.
Alrededor del 1,200 d.C. comenzó la historia del Posclásico tardío en el Occidente, el cambio fundamental fue la aparición de un grupo tarasco conocido como uacúsechas o “águilas” en el lago de Páztcuaro. Crearon el imperio tarasco, que en su época de apogeo llegó a ocupar prácticamente lo que actualmente es el estado de Michoacán. En este espacio tuvieron una gran cantidad de recursos naturales, esto resultó fundamental para sustentar la creciente población urbana.  Su poderío estaba en expansión, aunque llegó a su fin estrepitosamente por la conquista de los españoles en el 1530 d.C.

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