En algunas
ocasiones, llegamos a pensar que la conquista terminó con la caída de
Tenochtitlan, esto es un error. La ciudad de México española comenzó una
dinámica de expansión de sus zonas de influencia, las fronteras de la Nueva
España llegaron a lugares donde los mexicas no crearon lazos de dominación.
Al observar lo sucedido tras la derrota mexica, el soberano de los
tarascos, cazontzi, optó por aceptar
la soberanía del rey de España, como hicieron los tlaxcaltecas previamente. Al poco
tiempo, Nuño de Guzmán, hombre de importante vocación conquistadora, asesinó al
cazontzi, así lo que hoy es más o
menos el estado de Michoacán pasó a ser otra conquista de la corona española,
la cual fue sólida al montarse sobre el sistema de dominación previo (Navarrete,
2001: 382). Continuó camino rumbo al noroccidente por los actuales Jalisco,
Nayarit y Sinaloa, dominó diversos pueblos en una situación de constante
inestabilidad, porque no existió una sociedad prehispánica que hubiera creado
un sistema imperial previamente en aquellas regiones sobre el cual montar el
control español.
El área de Oaxaca resultó difícil de conquistar, los españoles heredaron un
sistema de dominación mexica muy endeble en la región, se enfrentaron a una
zona de poder fragmentado entre diferentes grupos de mixtecos y zapotecos, con
el tiempo alcanzaron el control. El área maya fue más complicada, existieron
casos como el pueblo de Chiapa de Corzo donde la población optó por el suicidio
colectivo, al lanzarse desde el punto más alto del Cañón del Sumidero, en lugar
de aceptar la dominación española. Algunos lugares en Chiapas y Guatemala
resultaron conquistados hacia finales del siglo XVI. En Yucatán, expulsaron
temporalmente a los españoles, retardando una conquista definitiva. En muchos
casos, los pueblos sólo desaparecían en la selva.
El norte de la Nueva España, llamado septentrión en aquellos tiempos,
resultó una conquista inacabada. Los indígenas de estas regiones fueron diferentes
a los del centro, en buena proporción, se trataba de nómadas, llamados
chichimecas, quienes no podían ser incorporados al sistema de explotación
español. Algunos resultaban capturados, para ser trabajadores en las minas.
Adicionalmente, los españoles emprendieron una campaña de exterminio. La
tenacidad de los grupos chichimecas complicaron el poblamiento de estas tierras
por parte de los españoles.
Comentarios
Publicar un comentario