El sistema
inmunológico de los indígenas no tenía defensas frente las bacterias y virus
del viejo mundo. Las enfermedades
europeas llevaron a la extinción a los habitantes originarios de las islas del
Caribe, la sobre explotación también tuvo su papel en la tragedia, amenazaron
con hacer lo mismo en la zona continental de América. En particular, devastaron
la población mesoamericana.
La península de Yucatán sufrió antes
que el resto de Mesoamérica los efectos de las enfermedades europeas, esto se
debió a su cercanía con el Caribe, islas donde los españoles estaban moviéndose
desde 1492. En otras palabras, no habían llegado las tropas, cuando los agentes
patógenos ya estaban afectando la población de esta región.
La viruela llegó accidentalmente en mayo de 1520, en la expedición de
Pánfilo de Narváez, quien buscaba detener a Hernán Cortés, por haber
desobedecido las órdenes de Diego Velásquez, gobernador español de Cuba. Los
recién llegados optaron por apoyar a Cortés, aunque la viruela resultó ser un
aliado más formidable. Los pueblos indígenas involucrados en el conflicto sintieron
desde el principio sus efectos. En una situación más problemática, Tenochtitlan
sufrió de esta enfermedad durante el asedio español, se convirtió en un problema
de salubridad en contra de los defensores de la ciudad, eliminando a muchos de
ellos, entre los cuales se encontró uno de sus últimos dirigentes:
Cuitlahuac.
Junto con otras enfermedades, la viruela llegó a diversos rincones entre el
Altiplano Central y la costa del Golfo a gran velocidad. No distinguió ni grupo
social, étnico, edad o sexo, simplemente paso devastando. A otras regiones, las
enfermedades llegaron lenta pero progresivamente, no importo lo aislada que se
encontrará la comunidad, tarde o temprano sería afectada. Desapareció entre el
80 o 90% de la población originaria (Malvido, 2006: 26), los sobrevivientes
mejoraron su sistema inmunológico, aunque con el tiempo llegarían otros agentes
patógenos para los cuales no estaban preparados.
Muchos pueblos perdieron a sus dirigentes políticos, lo cual, posibilitó el
comienzo de purgas por el poder. También se dio la muerte de personas
importantes en la producción: artesanos o agricultores, esto empobreció a la
sociedad. Adicionalmente, muchas líneas de abastecimiento se rompieron. El
desolador panorama, cohibió parte de la resistencia a la conquista española.
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