En
náhuatl no existía un término exacto para imperio. Es posible definir la etnia
y el espacio que ocupa, sin considerar su organización política como tlaca, gente. La concepción de reino,
señorío o cacicazgo se acerca al terminó de tlatocayotl,
que derivaba de tlatuani y se refiere
a las tierras que dominaba el mismo (Carrasco, 2000: 179). Para algo grande e importante
se agregaba huey, así, es posible
hablar de huey tlatocayotl para
hablar de las ciudades-Estado y sus conquistas.
La
Triple Alianza llegó a dominar un gran territorio, cada una de las tres
ciudades-Estado ejercía su control en regiones particulares, de donde extraían
tributos y materias primas. Sin embargo, llegaban a tener territorios en zonas
de influencia de alguno de los otros miembros de la Alianza. La Cuenca de
México puede ser considerada el núcleo del imperio. La influencia de
Tenochtitlan creció constantemente, en consecuencia, les quitó algunas tierras
a sus aliados. Los pueblos y algunos cacicazgos intermedios de la Cuenca
perdieron territorios manejados por ellos, frente el perfeccionamiento del
dominio de las tres ciudades-Estado dirigentes del imperio.
Estructuralmente,
Tenochtitlan en primer lugar, seguida de Tezcoco y Tlacopan eran la sima de una
pirámide de dominación. En un segundo nivel estaban grandes cacicazgos, que ejercían
control sobre otros menores, no tenemos claridad en el número de niveles inferiores
que podían existir en este orden de dominación, ni una clasificación exacta.
En
aquel momento, la ciudad-Estado de mayores dimensiones era Tenochtitlan, la
cual se organizaba de forma similar a sus aliados, a otras dominadas o
independientes. La parte central contenía los edificios administrativos y los
dedicados al culto. Estaba rodeada de zonas habitacionales, aún dentro del
espacio dominado por la misma urbe estaban las tierras de cultivo.
Las
ciudades-Estado podían ser definidas como altepetl,
aunque normalmente se usaba este término para referirse a los pueblos,
pertenecientes a estructuras administrativas más complejas, su traducción puede
ser agua de cerro. Muchas pequeñas poblaciones mesoamericanas se encontraban en
los montes circundantes de sus tierras de cultivo y los espacios urbanos
relevantes normalmente pasaban a las planicies para poder organizar la vida de
grandes poblaciones, aunque se mantenía la representación de las pirámides como
cerros, junto con su connotación sagrada relacionada con las deidades.
Los
pueblos podían ser un solo calpulli,
aunque normalmente estaban integrados por varios, el significado del mismo como
familia ampliada también tenía que ver con sus posesiones territoriales, en la
zona habitacional que llamamos barrio y en las tierras de cultivo, en los dos
casos se encontraban como posesión colectiva.
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