El posclásico mesoamericano en general.


El posclásico se divide en dos: posclásico temprano (900 d.C. - 1200 d.C.) y el posclásico tardío (1200 d.C. - 1521 d.C.).  Las dos etapas coinciden en el peso dominante del área Centro sobre las demás, desde donde partieron algunos rasgos culturales bélicos al resto de Mesoamérica, así el final de cada uno se puede observar la existencia de una sociedad imperial capaz de influir directamente en otros pueblos: primero Tula y después Tenochtitlan. 
Hacia el comienzo del posclásico temprano, un cambio climático afectó al mundo y en Mesoamérica resultó espectacular y catastrófica la desaparición del área Norte, que perdió la abundancia de las lluvias estacionales junto la capacidad de sustentar comunidades agrícolas, al menos con la tecnología mesoamericana. Los grupos nómadas de cazadores-recolectores ganaron estos espacios, mientras los agricultores se integraron a estas sociedades o migraron a otras regiones de Mesoamérica, causando una enorme inestabilidad, en algunas ocasiones, los recién llegados se convirtieron en pueblos dominantes, los cuales dieron forma al último tramo histórico de la superárea cultural.
El llamado Templo de Kukulkán data del siglo XII d.C., construido por los itzáes en Chichén Itzá. La zona arqueológica esta localizada en el estado de Yucatán. Fotografía de julio del 2017.


El llamado Templo de Kukulkán data del siglo XII d.C., construido por los itzáes en Chichén Itzá. La zona arqueológica está localizada en el estado de Yucatán. Fotografía de julio del 2017.
El inicio del posclásico tardío conformó la continuidad de los problemas de inestabilidad de su antecesor, donde la guerra y las triples alianzas para enfrentar aquella situación fue la regla. Las ciudades-Estado protagonistas del posclásico temprano no mantuvieron su influencia y varias desaparecieron, en su lugar era posible observar alrededor de mil quinientos cacicazgos, que compitieron por recursos materiales y tributos de los más débiles (Escalante, 2010: 154).
Los problemas bélicos del posclásico tardío no impidieron el desarrollo de importantes ciudades-Estado, las cuales siempre se encontraron asediadas por enemigos que podían tomar su lugar de supremacía. Los pueblos más fuertes crearon políticas imperialistas, entre ellos a finales de la historia mesoamericana los dos más exitosos eran los tarascos en el área del Occidente y, con mayores territorios conquistados por toda Mesoamérica, los mexicas en el Centro. Mientras más fuerte fuera una urbe, creaba mayores lazos comerciales y una relativa estabilidad para los cacicazgos subordinados.
El mito de Tollan estaba presente desde los tiempos de posclásico tardío, posiblemente la primera en representar su figura fue Teotihuacan, que también expandió el culto a la deidad de Quetzalcóalt. Posiblemente otras ciudades-Estado lograron tener este simbolismo, entre las cuales se encontró Tula, la cual fortaleció el mito. En el posclásico tardío en varias áreas mesoamericanas, es posible localizar diversas élites gobernantes que se consideraban parte de la estirpe de Tollan y, por lo tanto, de Quetzalcóalt. 


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